En la línea de fuego del cuarto ciclo de Justified

La serie estrena mañana su nueva temporada. El sangriento pueblo de la ficción se recrea entre hectáreas de naranjos en California, donde su elenco habló con La Tercera.




Su sombrero, dicen los encargados del vestuario, llega aislado y bajo cuidados casi quirúrgicos, en una caja que sólo se abre para rodar escenas. Así que el actor Timothy Olyphant (Duro de matar 4) arruga la cara bajo el sol californiano, desprovisto del gorro de vaquero que ocupa su personaje y protagonista de la serie Justified, Raylan Givens. Un justiciero de moral añeja, miembro de la fuerza policial más antigua de Estados Unidos -los U.S. Marshall- y pilar del programa que ese día filma el décimo capítulo de su cuarto ciclo, en una parcela de naranjos y limoneros al norte de Los Angeles, donde La Tercera asistió por invitación de Turner Broadcasting System Latin America.

"Hay cosas muy grandes que pasan en esta temporada", asegura Olyphant. "Un caso misterioso que nos lleva 30 años hacia atrás y que, eventualmente, termina involucrando a todo el mundo", dice. Queda poco para saberlo: Justified retoma emisiones mañana a las 22.00 horas por el canal Space. La avalan dos premios Emmy y el segundo estreno más fuerte que haya pasado por las pantallas de FX -la cadena que lo transmite en Estados Unidos-, con 4,2 millones de espectadores en 2010. El cuarto ciclo reunió a 3,6 millones de personas para ver qué le espera a Givens, un marshall exiliado a la fuerza desde Miami hacia un pequeño pueblo en Kentucky, su lugar de nacimiento, bajo un telón de novela negra y espíritu western.

Al borde de una quebrada, cerca de las nueve de la mañana, Olyphant filma una escena donde él y sus compañeros rescatan a un policía corrupto, ofrecido en sacrificio a unos mafiosos. El actor Ron Eldard (Super 8) mira la escena y comenta: "Están todos locos en este pueblo". Su personaje, Colt, ingresó hacia el final de la tercera temporada y viene a ofrecer "una mirada foránea" al drama sureño. "La calidad de la escritura me convenció", cuenta, y regresa corriendo al set, donde las tres cámaras digitales con que se filma captan cómo abofetea a un policía prisionero. Lo hace por orden de su socio en la ficción: el villano Boyd Crowder (interpretado por Walton Goggins), que está algunos metros más arriba trabajando en otra escena. Olyphant vigila y hace sugerencias. "Estoy encima de todo", admite el actor y productor.

Goggins, en cambio, está apoyado en la carpa de los directores, juega con una navaja retráctil y consulta su reloj de cadena. "Siento una afinidad espiritual con Sudamérica", asegura, y agrega que Chile está entre sus planes para vacaciones. Por ahora, su agenda no lo permite. Tras dar vida al antagonista del show -que ha pasado de supremacista nazi a religioso místico, minero redimido, y mafioso en desarrollo-, Goggins es el actor más solicitado de la serie.

"Nunca ha habido un malo más poético en la televisión", ha comentado el escritor Elmore Leonard -autor de los libros en que se basa la serie- sobre él. "Son unos zapatos grandes que llenar", ríe Goggins ante el cumplido. Pese a que Boyd Crowder debía morir en el primer episodio, el productor ejecutivo del espacio, Graham Yost (Band of brothers), decidió conservarlo y alimentar la rivalidad con Olyphant. Rescate de última hora, igual que el de su primo Johnny. El actor que le da vida, David Meunier, camina feliz por el campo: ya no tiene que andar en silla de ruedas, como lo hizo hasta la temporada anterior. "Johnny no es un villano, es un sobreviviente. Y ahora está tratando de levantar su propio negocio", comenta Mauner.

En el cielo, un helicóptero se pasea una y otra vez, hasta conseguir la toma que quieren los directores. Goggins lo evita con la mirada. Cuenta que hace el quite a todo "lo moderno" en el set, que no ocupa celular, para creerse el "tono de época que hace la serie atemporal".

El año pasado, Goggins estuvo en Django sin cadenas de Quentin Tarantino y Lincoln de Steven Spielberg. "Este show mantiene mi mente rápida. Cuando te llaman para una película, estás a tope", explica. Dice que Tarantino se fijó en él porque es fan de la serie. Además, este mes estrena en Estados Unidos la segunda parte de GI Joe ("es divertida, una película de palomitas") y cuenta que todo su entusiasmo está puesto en un nuevo piloto.

"Lo que salva a Boyd es esta mujer a mi lado", dice, cediendo la palabra a Joelle Carter, quien encarna a Ava, su pareja en la serie. "Ava no puede mirar mucho hacia el pasado y siempre está tirando la historia hacia adelante", dice Carter, arropada en un abrigo cuando el frío de la tarde comienza a cerrar su día de trabajo. A la pareja le gusta pensar en sus personajes como "unos Bonnie y Clyde modernos". "Aunque no soy tan ingenua", dice Carter. "Ni yo tan guapo como Warren Beatty", agrega Goggin. Lo más probable, sin embargo, es que también tendrán un final trágico. Oscurece. El helicóptero ya no vuela. Y Goggins sentencia: "Mi final no será menos trágico que el de Raylan, o de cualquiera de este mundo. Es un mundo duro. Trato de encontrar el humor entre toda esta situación deprimente".

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