Enel y Colbún no apelarían a fallo que mantuvo rechazo a permisos de HidroAysén

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En Colbún la decisión está tomada, mientras que Enel esperará reunión del directorio de fines de noviembre. Con todo, el proyecto no seguirá adelante.




No sólo la decisión de devolver los derechos de agua asociados al proyecto HidroAysén estará en la tabla de la reunión que sostendrá, en las próximas semanas, el directorio de HidroAysén. Los integrantes de la mesa también decidirán en esa instancia si apelan o no al fallo del Tribunal Ambiental de Santiago, que la semana pasada respaldó la decisión del Comité de Ministros y rechazó definitivamente los permisos ambientales para el polémico conjunto de centrales hídricas a emplazarse en la XI Región.

Pero, en rigor, esa reunión será más bien una formalidad. La decisión tomada de los socios sería no apelar, según advierten altas fuentes de la industria eléctrica, que plantean que esto iría en línea con la definición de no insistir con la concreción de HidroAysén que han tomado Enel Generación (ex Endesa) y, más recientemente, Colbún. Esta última firma tiene el 49% de la sociedad, mientras que Enel posee el otro 51%.

La visión que tienen ambos es que no tiene sentido seguir adelante con esa pugna, pues ya está definido liquidar la sociedad y devolver los derechos de agua. Según las mismas fuentes de la industria, la decisión de Colbún ya está tomada, y es la de no persistir en la vía judicial, atendiendo a la definición ya explicada sobre el futuro del proyecto. En el caso de Enel, cercanos a la compañía señalaron que se esperará a la reunión de directorio. Otra fuente de la industria indica que la negativa de Enel a persistir en la vía judicial sería un hecho, pues la visión del grupo sobre HidroAysén es todavía más drástica que la de Colbún.

De hecho, la italiana Enel fue la primera de las dos firmas socias en plantear que HidroAysén no debía materializarse y, dada esa decisión, debían devolverse los derechos de agua. La empresa controlada por el estado italianoya ha devuelto derechos de agua asociados a iniciativas hidroeléctricas que no utilizará, como por ejemplo, Neltume. Además, en su plan de negocios considera ahora levantar unidades de menor tamaño, amigables con el medio ambiente, y ya no mega centrales hidroeléctricas, como sería el caso de HidroAysén.

En el caso de Colbún, la empresa ligada a la familia Matte sí tiene entre sus lineamientos avanzar en el desarrollo hidroeléctrico, contando entre sus proyectos de futuro iniciativas como San Pedro y Guaiquivilo Melado.

El fin

Ayer, La Tercera reveló detalles de una reunión que sostuvo el gerente general de Colbún, Thomas Keller, con ambientalistas que se oponen a la construcción de dicho conjunto de centrales. En esa ocasión, Keller les comunicó la decisión de no persistir en el desarrollo de la iniciativa, siguiendo los pasos de Enel, el socio mayoritario. De esta manera, el emblemático proyecto HidroAysén , que consideraba la construcción de cinco centrales en los ríos Baker y Pascua, queda definitivamente enterrado.

El proyecto HidroAysén fue ingresado a tramitación ambiental en agosto de 2008, y consideraba entonces una inversión de US$ 3.200 millones, para generar a una potencia máxima de 2.750 MW, lo que la convertiría en el complejo eléctrico más grande del país. Esto, sin contar con la línea de transmisión que requeriría la iniciativa, y que habría tenido un trazado de al menos 1.000 kilómetros para conectar la zona en que se emplazaría con el Sistema Interconectado Central (SIC).

Uno de los puntos que los dos socios están analizando con detalles es si la decisión de no persistir en la justicia abriría un flanco legal con los socios minoritarios, dado el deber que tiene el controlador de resguardar los intereses de todos los accionistas.

Eso, entendiendo que el permiso ambiental del proyecto, más allá de que se construya o no, constituye un activo, pues en caso de obtener la venia de la Suprema podría eventualmente hasta ser vendido a algún inversionista que sí quiera materializar el proyecto.

Sin embargo, esto es relativizado por fuentes del sector eléctrico, que plantean que al revés, no tiene sentido seguir invirtiendo tiempo y dinero en dar una batalla legal que tiene pocas chances de ser ganada.

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