Expertos dicen que triunfo de Bergoglio fue una derrota para Curia y prevén cambios

Uno de los mayores derrotados fue Odilio Scherer, favorito de la Curia. Previo al cónclave, varios purpurados plantearon la necesidad de reformar la cúpula de la Iglesia.




"El cónclave se rebela ante el partido de la Curia". Así interpretó ayer la agencia de noticias italiana Il Velino la elección del cardenal argentino Jorge Bergoglio como nuevo Papa. Otros medios italianos también coincidieron en definir la designación del nuevo Pontífice como el resultado de una coalición de cardenales que buscaban impedir la victoria de alguno de los candidatos más cercanos a la Curia Romana, institución que ahora enfrenta una posible reforma de la mano de Francisco, según lo expresado por varios cardenales en las congregaciones generales previas al cónclave papal.

"Un sorprendente Papa, venido del fin del mundo, como para decir basta a las intrigas y al chantaje italiano de la Curia y la parálisis del gobierno que debilitó a Benedicto XVI y lo llevó a la renuncia", escribió ayer Ezio Mauro, vaticanista del diario La Repubblica, el mayor de Italia. A juicio de ese experto, la elección de Bergoglio "cerró la puerta al regreso de un Papa italiano, para poner fin a un sistema de potencia simbólicamente encarnado en las figuras del decano del Colegio Cardenalicio, Angelo Sodano, y el camarlengo, Tarcisio Bertone, que expiran con el fin de la sede vacante".

Il Velino, por su parte, dijo que con la elección de Bergoglio "ganaron los llamados reformadores y con ellos la mayoría de los (cardenales) no europeos, con los estadounidenses en la cabeza". En cambio, situó como "perdedores" a los cardenales italianos en general. "Scola, aunque anticurial, era de hecho considerado como demasiado cercano a Roma para asegurar la elección", sentenció este medio.

En tanto, el canal de televisión brasileño Globo News aseguró que "el gran elector de Francisco fue el cardenal hondureño Oscar Rodríguez Maradiaga, un hacedor de papas y contrario a (el arzobispo de Sao Paulo, Odilo) Scherer", quien, según ese medio, "era considerado el candidato de la Curia Romana y del cardenal Bertone, un hombre poderoso en la Curia".

"Indudablemente, Scherer sale chamuscado por haber sido el hombre candidateado por la Curia... y su imagen desgastada perjudica a la Iglesia brasileña, porque la Iglesia del mayor país católico no fue capaz de proponer un candidato reformista", dijo ayer desde Roma el jurista Walter Maierovitch, de radio CBN.

Il Velino aseguró que durante las congregaciones generales, "la reforma de la Curia era una cuestión decisiva". El propio portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, reconoció que en los debates previos al cónclave se abordó "la organización de la Santa Sede, los dicasterios y la relación con los episcopados". Es el modo técnico, según el diario español ABC, de referirse a la reorganización de la Curia con menos departamentos y mayor coordinación, de modo que aporte ayuda práctica a los episcopados del mundo.

Así lo hicieron sentir varios purpurados electores en las congregaciones generales. Uno de ellos fue el cardenal argentino y mencionado como papable Leonardo Sandri, quien señaló que la Curia "debe estar organizada para que sirva al Papa con eficacia y sirva también a toda la Iglesia a través del servicio al colegio episcopal, a los obispos". Timothy Dolan, cardenal de Nueva York, se mostró partidario de realizar una "revolución" en el gobierno central. "No hay que temer a la transparencia", añadió el cardenal alemán Walter Kasper, el mayor de los purpurados electores.

En la misma línea se pronunció ayer el cardenal austríaco Christoph Schönborn, quien aseguró que "existe una gran necesidad de una reforma. Esperamos que el Papa Francisco tenga éxito en seguir los pasos iniciados por el Papa Benedicto, los complete y cree un orden".

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