Felipe Miranda al ser notificado de su premio: "Al principio pensé que era una broma"

El esquiador no creyó que había ganado el Premio Nacional cuando la ministra lo llamó. Orgulloso de su logro, quiere el oro en Toronto y revalidar su título en Italia.




"Cuando me llamaron, al principio pensé que era una broma, que no era la ministra", comenta Felipe Miranda, ganador del Premio Nacional del Deporte. Relata que al momento de la llamada era temprano y estaba andando en bicicleta en un cerro. De repente le sonó el teléfono y tuvo que parar, porque no entendía lo que estaba pasando. Antes de comentarle que había obtenido el galardón, la ministra Riffo tuvo que explicarle la situación, porque para él todo fue una sorpresa.

Luego de enterarse que había ganado el premio, consistente en 245 UTM ($ 10.395.595), lo comenzaron a contactar los distintos integrantes de la comisión para felicitarlo y el deportista cuenta: "Me dio una motivación ridícula, quedé demasiado contento, ha sido un día agitado. Te levantas en la mañana a hacer deporte y te cuentan esta noticia; la verdad es que no sé si me dejó hiperventilado, pero sí bastante motivado".

Este premio consagra un año redondo de principio a fin, como comenta el deportista. A esto se suma que recientemente fue padre, con lo que este 2014 no puede terminar de mejor manera para el campeón mundial de la disciplina de overall en 2013.

"Esta semana todo me pilló de sorpresa. Fui papá, es algo totalmente nuevo; es una felicidad que es difícil de explicar y este reconocimiento me deja la semana más que completa".

Altos y bajos

No todo fue fácil. Luego de sus buenas actuaciones en 2011, Miranda pasó por un período que está lejos de sus mejores momentos. "Hay que decirlo, venía de un par de años malos. No puedo decir que mediocres, pero no eran de la manera que yo esperaba", comenta.

La clave para el repunte era competir. De esa manera, Miranda enfrentó la mala racha por la que pasaba su carrera. "En 2013 estuve con muchos campeonatos, lleno de circuitos mundiales, fui a todas las copas del mundo. En algunos quedé dentro de las especialidades, en otros me fue muy mal. Me tuve que levantar de esas caídas, superarme y mejorar", recuerda emocionado.

Con la experiencia como arma, Miranda fue diseñando la temporada 2013, que terminó siendo un gran año, ya que por todo el esfuerzo se encuentra en el mejor momento de su vida. "En el agua me empecé a sentir increíble, agarré confianza y todo eso fue un trabajo de equipo", afirma.

El apoyo de su cuerpo técnico y el de su familia fue un pilar fundamental para concretar sus metas y cerrar un año redondo, coronándose como campeón mundial. Un sueño hecho realidad para el esquiador náutico.

Hoy sus metas están puestas en los próximos Panamericanos de Toronto, donde esperar superar sus marcas. Ya ganó bronce en Río de Janeiro 2007 y dos similares en Guadalajara 2011, además de una de plata, por lo que hoy su tarea es pelear una presea de todas las maneras posibles y ojalá poder conseguir el oro en la ciudad canadiense.

A diferencia de la anterior, la temporada actual de Miranda ha sido un poco más silenciosa. Se ha dedicado a superar sus marcas y mejorar el nivel con el que se consagró como el mejor del mundo. Todo esto con el fin de hacer frente a un 2015 muy duro, en el que sus principales motivaciones son el campeonato mundial y los Juegos de Toronto.  "Quiero hacer lo mismo que el 2013. Ojalá que salga la medalla de oro que he soñado y después seguir con los campeonatos, seguir entrenando y enfocarme, en septiembre, en revalidar mi título mundial en Italia", afirma lleno de ilusión.

La ambición de Miranda está intacta. Tiene muy claro que lo fundamental en su carrera son la concentración y los entrenamientos. Cada una de las sesiones de práctica suman para su futuro, en el que espera seguir creciendo como deportista.

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