Histórico

Hectáreas quemadas en incendios forestales bajan 69% en un año

Número de siniestros fue el segundo más bajo de los últimos cinco años. En Aysén y Magallanes se registró un aumento de estos hechos.

Una temporada más tranquila en materia de incendios ha presentado el país en relación al año pasado a esta misma fecha, tanto en el número de siniestros como en el daño que deja el avance de las llamas. Según cifras de Conaf, se han quemado casi 30 mil hectáreas al 4 de marzo, lo que equivale a un 69% menos de las que se destruyeron a marzo de 2015 (97.432 ha).  “Eso habla de que cada incendio tiene aproximadamente la mitad de superficie que lo registrado en 2015. Si lo comparáramos con el quinquenio igualmente tenemos bastante menos incendios, alrededor de 700 menos, y 37 mil hectáreas menos perdidas”, precisa Aarón Cavieres, director ejecutivo de Conaf.

En lo concreto, esta temporada (que considera desde el 1 de julio de 2015 al 30 de junio de este año) deja hasta ahora 67 mil 460 hectáreas menos de vegetación perdida, producto de poco más de dos mil incendios menos respecto al mismo período (ver infografía).

Entre 2014 y 2015, se totalizaron 6 mil siniestros que en total arrasaron más de 97 mil hectáreas. Esa cifra es el mayor daño registrado en el último quinquenio. “El año pasado veníamos de una sequía extrema. En 2016 nos favoreció una vaguada costera que ha estado muy presente y que ha hecho menos fácil la expansión del fuego. Esto, más un mayor equipamiento y otras mejoras, nos ha permitido un trabajo bastante efectivo”, explica Cavieres.

Y si bien estos hechos han diminuido a nivel nacional,  se presentaron con mayor fuerza en regiones que tradicionalmente no son las más propensas a este tipo de incidentes.  En Coquimbo hubo el doble de ocurrencias, lo mismo sucedió en Aysén, pero con una voracidad mayor, destruyendo 2.576 hectáreas, un  1008% más que la temporada anterior y un 761% que el promedio del último quinquenio en esa zona.

En Aysén y Magallanes, regiones constituidas en gran parte por áreas protegidas, también subieron los incendios y el daño, siendo las inusuales temperaturas, sobre una  situación de sequía, un factor determinante para la ocurrencia y propagación.

Temperatura histórica

Según Jaime Leyton, jefe de Pronósticos de la Dirección Meteorológica, el país en general sufrió un aumento de un grado sobre la máxima promedio en la temperatura estival, a lo que se sumó un enero muy particular: el más seco de los últimos 50 años. El alza en las temperaturas máximas afectó en especial la franja  desde Biobío a Aysén. “Por esta misma razón no ingresaron masas de aire frío, por lo tanto no hubo sistemas frontales activos en la zona y se produjo este déficit importante de precipitaciones”, detalló Leyton. Agregó que aunque el verano termine el 21 de marzo, el país no podrá bajar la guardia ante el riesgo de incendios. Según el último   informe de la Dirección Meteorológica para el trimestre febrero, marzo y abril, las temperaturas tanto mínimas como máximas, estarán por sobre el promedio, más un extremo déficit hídrico que registra Concepción (95%), el más alto del país, seguido por  Chillán (81%) y Coyhaique (70%).

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