J.M. Coetzee llega a Chile para dictar charla pública en Universidad Católica

El Nobel sudafricano está hoy en el ciclo La Ciudad y las Palabras, auspiciado por La Tercera.




Ni esquivo ni lejano. Tímido, dicen. Encantador, agregan quienes ayer recibieron al escritor J.M. Coetzee a su llegada a Chile. El Nobel sudafricano, considerado uno de los mayores novelistas vivos del planeta y también uno de los más reservados, está en Santiago y esta tarde se encontrará con sus lectores chilenos.

El autor de Desgracia participará hoy en el seminario La Ciudad y las Palabras, que organiza el doctorado de Arquitectura de la Universidad Católica. Es a las 18 horas en el Campus Lo Contador y ya están totalmente agotadas las entradas. No es raro: la fama de Coetzee, envuelta en el misterio del hombre silencioso, crece y genera pequeños cultos.

Como acostumbra en las actividades públicas, el autor de Esperando a los bárbaros se limitará a leer un texto por un tiempo cercano a los 50 minutos. Ficción inédita, informó. Y aunque en esta sesión de La Ciudad y las Palabras no habrá preguntas del público, Coetzee confirmó que se dará el tiempo para firmar libros de los asistentes.

De visita en Chile hasta el jueves 15, los planes de Coetzee son reservados. "Le hemos dado privacidad", dice Loreto Villarroel, coordinadora del ciclo. El escritor planea hacer algo de turismo en Santiago. Al llegar le entregaron un guía turística del país. El jueves viajará a Argentina para participar el domingo 18 en el Festival Internacional de Literatura de Buenos Aires, donde también es invitado el poeta holandés Ces Noteboom.

Organizado con apoyo de La Tercera, el ciclo La Ciudad y las Palabras ha contado con la participación, entre otros, de Michel Houellecq, Julian Barnes, Ian McEwan, Richard Ford y Jonathan Franzen. Después de Coetzee, a fin de año se unirá otro Nobel a la lista de famosos: el escritor turco Orhan Pamuk vendrá en diciembre a la UC.

VIDA Y EPOCA
Socialmente inepto, arrogante y falto de pasión. Más o menos así, era descrito el escritor John Coetzee en Verano, último libro del Nobel sudafricano y tercer título basado en su vida. Jugando con las reglas de la autobiografías, en Verano Coetzee relata la investigación sobre un narrador recientemente fallecido. Amigos y ex parejas hablan de ese tal Coetzee: le restan toda importancia, fue un pusilánime.

Menos cruel, aunque nada condescendiente, antes Coetzee ya había informado sobre su vida en los libros Infancia (1999) y Juventud (2002). En conjunto: la historia de un niño solitario, algo egoísta y cruel con su madre que crece en una familia empobrecida en Ciudad del Cabo. Luego, viajará a Inglaterra para seguir una carrera literaria con modelos como Pound y Conrad. Se aburrirá trabajando en las oficinas de la IBM.

Pese al rutinario trabajo, Coetzee efectivamente echó a andar una carrera de aspirante a clásico: comparado con Samuel Beckett, ha dado cuenta de la hostilidad y violencia de su época con una crudeza y lucidez sorprendente. Africa y los años del apartheid, suenan de fondo en libros sin palabra demás.

Ganador de dos premios Booker, primero por Vida y época de Michael K (1983) y luego por Desgracia (1999), para recibir este último envió una nota en la que se disculpaba por no asistir a la ceremonia: "Dudo que este premio tendrá mucho impacto en mi carrera, la cual está en su etapa crepuscular", decía. Cuatro años después, la Academia Sueca tomaba una de sus decisiones más aplaudidas al entregarle en forma unánime el Premio Nobel de Literatura.

Reconocido amante de los animales, sus certeros ensayos han sido recogidos en los libros Costas extrañas y Mecanismos internos. En los 70, Coetzee fue profesor de Literatura en la Universidad Estatal de Nueva York y entre 1984 y 2002 ocupó una cátedra en Literatura Inglesa en la Universidad de Ciudad de El Cabo. Luego se retiró de la docencia. Cada tanto, da una charla en público en alguna parte del mundo. Hoy es en Santiago. Cada dos o tres años, publica un libro en que reiventa la novela.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.