Jon Lee Anderson, periodista y escritor estadounidense: "Las consecuencias de una victoria de Trump serán desastrosas para el país y el mundo"

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El celebrado cronista, autor de una biografía del Che Guevara, estará en el Festival Puerto de Ideas, entre el 11 y 13 de noviembre.




Poderes en pugna, a veces armada; el poder político adquirido por la violencia, a veces la guerra; el poder, y su pérdida, y su seducción, son algunos de los asuntos que han ocupado mayormente a Jon Lee Anderson (1957), nacido en EE.UU., pero criado en medio mundo y cuyas dos mitades ha recorrido en su labor como periodista.

Ha sido testigo audaz, rayando en la temeridad, desde las guerrillas latinoamericanas hasta las guerras en el Oriente Medio o en África, especialmente para la revista The New Yorker. Estuvo en los conflictos en Afganistán e Irak y la "guerra contra el terrorismo", de los cuales ha hecho una crónica mayor en La caída de Bagdad ( Anagrama, 2005). Estuvo en el continente africano (de Liberia o Angola hasta Zimbabue o Sudán), y, por supuesto, en Libia en los últimos días de Gadafi como aparece en La herencia colonial y otras maldiciones (Sexto Piso); y de ese episodio central, ese levantamiento popular contra Gadafi, en la llamada "Primavera Árabe" (que derrocó a dictadores en Túnez, Egipto, Yemen y desató la guerra civil en Siria) ha profundizado en la situación de Libia en sus Crónicas de un país que ya no existe (Sexto Piso).

La suma de esas experiencias y sus reflexiones posteriores, sobre la naturaleza de la violencia política, serán expuestas por Anderson como invitado a la sexta versión del Festival Puerto de Ideas, que se realizará del 11 al 13 de noviembre en Valparaíso. El periodista presentará ese domingo, a las 12:30 horas en el auditorio de la U. Playa Ancha, la charla Dioses asesinos: el lazo histórico entre violencia y religión, donde expondrá casos de países donde la religión ha sido herramienta política para justificar la violencia. Un día antes, el sábado a las 10.30 horas en el Teatro Condell, estará en la mesa Narrando Cuba, junto al escritor cubano Leonardo Padura y el periodista local Patricio Fernández , hablando sobre el rico imaginario cultural que rodea a la isla y por qué tantos intelectuales y artistas se han encantado con ella.

En esta área su experiencia tampoco es menor. El propio Anderson se fascinó con Cuba y dedicó cinco años a escribir la biografía del más famoso guerrillero, Che Guevara: Una vida revolucionaria, para la que tuvo acceso a sus diarios y entrevistó a sus familiares. Logró sonsacarle al ejecutor de Guevara la ubicación de sus restos en Bolivia; y no teme presentarlo implacable con los enemigos de la Revolución, aunque Raúl Castro, hermano menor de Fidel, es aún más implacable.

De la contingencia política actual, el estadounidense tampoco se abstrae y utiliza su vitrina como reportero de la revista The New Yorker para vertir sus opiniones, sobre todo, en la antesala a las elecciones en su país, el próximo martes.

¿Cómo ve las elecciones?

Con ansiedad creciente en la medida que se acercan. Nunca en mi vida he sentido al país tan dividido, y con razón, entre los que apoyan a Trump y los que apoyan a Clinton. Las consecuencias de una victoria de Trump, a mi juicio, serán desastrosas para el país y el mundo -con resultados violentos tanto dentro de los Estados Unidos como afuera..., así que hay mucho en jaque en esta elección.

En su más reciente artículo dejó claro que Trump no es de su agrado. Pero usted suele abordar personajes en general poco simpáticos. ¿No le ha tentado una aproximación más detenida a Trump?

No lo he intentado. Más allá de mí rechazo visceral de ese señor, no se me ha ocurrido, quizás tontamente, pero en gran medida se debe al hecho de que no vivo en los Estados Unidos y mis colegas en la revista han estado naturalmente adelante mío en la cobertura de las elecciones.

Diplomacia y sinceridad

El método de Anderson es el de las aproximaciones sucesivas a las personalidades que le interesan, un número limitado de contactos en los que insiste, aunque abordándolos desde muchas perspectivas. Una demostración es la selección de artículos publicados a lo largo de una década, El dictador, los demonios y otras crónicas (Anagrama), en que su ojo se enfoca en Iberoamérica, con Fidel Castro, Hugo Chávez y Pinochet como figuras centrales.

Es llamativa su capacidad para ganarse la confianza de personas que de seguro han de ser suspicaces: la viuda del Che Guevara, el médico y pintor favorito de Sadam Husein, el psiquiatra de Hugo Chávez o el círculo familiar de Pinochet...

¿Cómo lo hace?

Con una mezcla de diplomacia y sinceridad de propósito.

¿Qué se siente más: escritor o periodista o un cóctel de ambos?

Un cóctel de ambos, supongo.

¿Y las medidas de los ingredientes?

A estas alturas, partes iguales -miti-miti.

Sus viajes, no elegidos, de infancia y juventud, ¿influyeron en su opción de adulto?

Muchísimo. Me crié viajando; antes de cumplír los 18 había vivido en ocho países distintos, entonces, obvio que la pauta ya estaba trazada.

¿Fue importante escribir la biografía del Che?

Muy importante, sí. Marca un antes y un después.

¿Cómo avanza su biografía de Fidel Castro?

Bien. Se publicará antes del 60 aniversario de la revolución cubana, y espero que sea una visión original del líder histórico.

En su artículo Fidel a los 90 señala que él es admirador de Napoleón, entusiasmo que compartía con Pinochet...

Muchos hombres y supongo, mujeres de poder se interesan o admiran a otros de la misma estirpe; les sirven de referencias y modelos a seguir o no seguir. En todo caso, a estas alturas, ¿quién no admira por lo menos las agallas de Napoleón?

¿Cree, como su médico, que Fidel Castro vivirá hasta los 120 años?

No me nace ofrecer aseveraciones místicas, ni soy médico, así que no puedo contestar. Pero sería interesante que así fuera, ¿no?

¿Ve el yihadismo y el Estado Islámico como una amenaza declinante o creciente?

De momento, declinante. Al perder su territorio en Iraq y Siria, perderán mucho de su atractivo para los adeptos voluntarios. Pero el problema de islamismo extremo seguirá por un tiempo más.

¿Qué ve detrás de la victoria del "No" al plan de paz en Colombia?

Para muchos colombianos es miedo de tener que compartir y competir con personas de otra opinión política. Eso nunca ha sido permitido en Colombia. A los adversarios, los matas. O sea, se siente miedo de lo desconocido, y en Colombia, lo desconocido es la paz.

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