Contra la Guerra, el mensaje pacifista de Violeta Parra 50 años después

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En el año de su centenario, la Vicerrectoría de Vinculación con el Medio de la U. de Santiago exhibe hasta el 17 de abril la interpretación de una de las obras visuales más importantes de la artista chilena. Adicionalmente, el investigador de la Usach Jorge Montealegre hará mañana una lectura de la arpillera, junto a la pieza original, en el Museo Violeta Parra. Acá, un adelanto.




1 El mundo

Corre 1962. Violeta Parra se encuentra en Europa y allá realiza Contra la guerra, una arpillera que sintetiza el discurso pacifista de la autora. En esta figura representa a Sudamérica, preocupada por la crisis de los misiles en Cuba y, sobre todo, por los problemas fronterizos entre Chile y Bolivia, que persisten hasta hoy. "Los pueblos americanos los tienen tan separados/ por un pedazo de tierra no quiero guerra", canta la artista. Para Jorge Montealegre, "la obra es un manifiesto que la marca valórica e ideológicamente. Además, muestra lo vigente de su discurso hoy. Habla sobre tolerancia, diversidad y sobre la paz en un momento donde Trump y Putin hacen de las suyas".

2 La escopeta

La autora de Gracias a la vida llevaba un año en París, imbuida en el contexto de Europa con la Convención de Ginebra y ad portas del Concilio Vaticano II, presidido en la primera de sus cuatro sesiones por el Papa Juan XXIII, que prometía abrir la Iglesia hacia posturas más progresistas. De ahí, quizá, la escopeta que dispara hacia una paloma (de la paz) y que tiene en su centro un cirio encendido. "Es una vela cínica, que apunta a la hipocresía de la sacristía y a la institución. Violeta tiene montones de textos sobre este tema", dice Montealegre. "Qué dirá el Santo Padre /Que vive en Roma/Que le están degollando/ A su paloma", dice una de sus canciones.

3 Ella misma

Esta es una de las pocas representaciones tan claras de sí misma que realizó la cantautora en una obra visual. Aquí se ve una mujer de color violeta, con una pequeña rama en forma de cruz sobre su cabeza. "Es la cruz del cristianismo popular, anterior a la Teología de la Liberación. En ese sentido, prima la intuición de Violeta: era una mujer adelantada", dice Montealegre. Se rodea de otros tres personajes, todos acunando una paloma de la paz.

4 Amigo judío

Este personaje es el único varón de la escena y sobre su cabeza lleva una ramita similar a la menorá, el candelabro de siete brazos de la tradición judía. "Probablemente retrata a un amigo argentino de origen judío", dice el académico de la Usach. "Sin embargo, también es una metáfora del judaismo en general: Violeta dice que la paz va más allá de la diversidad ideológica".

5 Su mentora

"Una vez le pregunté a [su hijo] Angel Parra sobre este personaje y me dijo que era Tere Vicuña, amiga de su madre y quien la introdujo en el arte de la cerámica", cuenta Montealegre. La escultora está representada de un color verde que simboliza la esperanza y su ramita es un lirio, que en Francia es la flor del 1° de mayo, día de los trabajadores.

6 Mujer indígena

Es 1965, la cantautora está en Suiza y concede una entrevista en su taller de Ginebra. Allí muestra la arpillera Contra la guerra y se refiere a los personajes. La de azul, color sagrado de los mapuche, representa a "una india chilena", dice Violeta en francés. Y la ramita de canelo sobre su nuca es también una prueba de ello.

7 La carpa

Los elementos de las guitarras y los banderines haces pensar que los personajes se encuentran dentro de la carpa de Violeta, lugar que para ella es un punto de reunión para toda su creación artística. "La carpa es lo que ella quería: ahí está la canción, la poesía, el arte y el público, sin ellos nada vale la pena", dice Montealegre. La cantante volvió a Chile en junio de 1965 y se instaló con una gran carpa en un terreno baldío en La Reina que nunca logró el éxito que ella esperaba. El 5 de febrero de 1967se dio muerte con un disparo.

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