La historia de conflictos entre comuneros mapuches y la familia Luchsinger

<div align="left">En 1999 se terminó la calma en la zona y desde ahí comenzó un tira y afloja para la devolución de tierras en La Araucanía.<br></div>




El 3 de enero de 2008, al interior del predio Santa Margarita, un carabinero disparó al estudiante universitario Matías Catrileo, quien participaba de una toma en el fundo agrícola y falleció cinco días después. Ayer justamente se conmemoró en La Araucanía los cinco años de la muerte del comunero.

Hoy, el dueño del predio en donde fue atacado Catrileo, Jorge Luchsinger, confirmó que su primo Werner murió junto a su esposa Vivianne, tras un ataque incendiario en el fundo Lumahue.

Y es así como el conflicto se desarrolla. Comuneros mapuches, parceleros, agricultores y carabineros muertos y heridos en una zona que ha sido intervenida por las policías y el gobierno.

De acuerdo a los antecedentes, los fundos de la familia Luchsinger en Vilcún, son cinco en total, y se remontan a 1906, cuando el colono suizo Adán Luchsinger Martí compró 60 hectáreas a un inmigrante alemán. Más de cien años después, las tierras del clan en esa zona suman 1.200 hectáreas, las que son reclamadas por las comunidades mapuches vecinas.

LOS CONFLICTOS
La Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (Conadi) anunció en 2009 que compraría en $ 2.617 millones las 458 hectáreas de cinco predios -tres fundos y dos hijuelas- del agricultor Jorge Luchsinger.

Esta transacción correspondió a los fundos "Santa Margarita" (229,37 ha), "San Miguel" (187,54 ha), "Santa Herminia" (38 ha) y dos hijuelas, de 1,7 y 1,6 ha, respectivamente, todos localizados en Vilcún, además de tres derechos de agua por 22, 120 y 180 litros por segundo.

La contingencia apremiaba, ya que al 2009 ya sumaban 30 atentados a los predios del agricultor.

Luego de eso, el 1 de julio de 2011,  un grupo de entre cinco y ocho personas atacó a efectivos policiales en el fundo Santa Rosa, perteneciente al agricultor Eduardo Luchsinger, en Vilcún. Los desconocidos que actuaron a rostro cubierto, se parapetaron entre los matorrales de un cerro cercano a la casa patronal y las emprendieron con disparos contra los efectivos.

"Fuera Luchsinger. Lucharemos por recuperar nuestras tierras aunque haya que vertir sangre." Es uno de los tantos mensajes grabados en los fundos de la familia.

Debido a la violencia y frecuencia de los ataques, Carabineros le otorgó vigilancia a Jorge Luchsinger de manera permanente, lo que no quiso su primo Werner, que nunca había presentado ningún tipo de problema en su fundo.

Werner Luchsinger de 75 años era casado con Vivianne MKay, con quien tuvo cuatro hijos: tres hombres y una mujer. Y correspondía a la segunda generación de la familia que llegó a colonizar la zona.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.