La poética obra de Enrique Ramírez gana Premio Transparentarte

El certamen del Consejo de Transparencia busca formar una colección de arte contemporáneo. El chileno, radicado en Francia, trabaja con temas de exilio, memoria y geografía.




Un hombre que viaja durante 23 días, con el mar como único telón de fondo; la toma de un remolino en el océano como si fuera un loop infinito; una fila de cruces flotando en el Pacífico es el único recuerdo de lo que pasó. Las imágenes son evocadoras, nostálgicas y al mismo tiempo terroríficas. Así es también la relación que el artista Enrique Ramírez (36) ha establecido con el mar y es así como se plasma en su trabajo.

Radicado en Francia desde 2007, el chileno ha construido una obra basada en la poética y política del agua, a través de videos que de una u otra forma relatan viajes, exilios y desapariciones. Partió con un pie en lo autobiográfico (su padre fabrica velas para embarcaciones), pero terminó en algo mucho más universal. “Como chilenos estamos emplazados en esta geografía que nos mantiene todo el tiempo entre las montañas y el agua. Hay un estado de ánimo particular, una forma de ser que nos marca y también algo geográfico que nos aparta del resto”, dice el artista, quien acaba de ganar el Concurso Transparentarte, que organiza FAVA (Fundación de Artes Visuales Asociadas) y el Consejo de la Transparencia y que busca como última objetivo formar una colección pública de arte contemporáneo.

Creada en 2013, la colección Transparentarte posee más de una decena de piezas de artistas contemporáneos como Javier Toro-Blum, Francisca Montes, Amalia Valdés y Leonardo Portus.

Ramírez ganó por su obra  Así...como la geografía se deshace, un video que funciona como objeto a nivel de piso y que muestra la imagen de un remolino de agua en el océano, que de a poco va desapareciendo. "Estoy contento de que una obra mía pueda estar en una colección pública en Chile, porque en Francia ya han adquirido piezas mías", dice el artista, quien recibirá $ 1.200.000 y una invitación para asistir a la Bienal de Sao Paulo en septiembre.

Otras dos obras recibieron menciones, de Alex Mellado y Claudio Correa, y también serán adquiridas.

En los últimos años, la obra de Enrique Ramírez ha ganado visibilidad en el circuito local, a través de exposiciones y premios. En 2014 ganó el Premio FAVA, en la Feria Ch.ACO, y el año pasado tuvo su primera gran muestra en Chile, en el Museo de la Memoria, donde exhibió Los durmientes, exilio imaginario, que reunió, dibujos, afiches, instalaciones y videos, centrados sobre todo en el tema de los detenidos desaparecidos que fueron lanzados al mar, durante el régimen militar.

La muestra viajó al Museo Amparo en Puebla, México, y se inaugura el 23 de marzo en el Centro Cultural Matta en Argentina, en una versión ampliada con videos  sobre la dictadura en ese país. Ese mes participa también de una exposición colectiva en Sao Paulo. “Me parece importante mantener vivos estos temas. Aunque vivo hace tiempo en Francia, mi trabajo se hace desde Chile, pensado desde una lógica latinoamericana, pero  al mismo tiempo funciona para lecturas más abiertas”, explica el artista representado en Chile por la galería Die Ecke y en Francia por Michel Rein Gallery.

Por estos días, Ramírez trabaja en su segunda película. La primera, Brisas (2008), lo hizo conocido y fue exhibida en el Palais de Tokyo en París. Ahora, para Una historia sin destino, mezcla historias, épocas y continentes: filmó escenas en Normandía, donde registró la conmemoración de los 70 años del desembarco de los aliados en Francia, y en la Patagonia, que le permitirá hablar de los primeros habitantes de América.

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