La sequía en Brasil obliga a suspender o acortar el carnaval en más de 30 ciudades

Minas Gerais, Ceará y Sao Paulo cancelaron las celebraciones para ahorrar agua. La crisis hídrica, que afecta a un cuarto de la población brasileña, es la peor desde 1930.




La próxima semana, las escuelas de samba recurrirán a efectos de "humo y luz" en vez de utilizar agua en sus tradicionales carros alegóricos. Esto, debido a la sequía que afecta a Brasil, la mayor  en ocho décadas. Los desfiles y los desenfrenados bailes de samba han debido ser cancelados en numerosas localidades que -en vista de estos acontecimientos- han preferido cuidar el agua potable que les queda por la falta de lluvias en la región, y que desde 2014 ha dejado a millones de habitantes con problemas de abastecimiento, sequías en los cultivos y deficiencias en el suministro eléctrico.

La situación que aflige a los brasileños ha provocado que durante este año se cancelen las festividades en más de 30 ciudades y pueblos de las regiones de Minas Gerais, Ceará y Sao Paulo, como una medida de racionamiento ante la gran demanda de agua que los turistas consumen durante las fechas del carnaval, que se efectuará entre el 13 y 18 de febrero.

Unas 12 ciudades y pueblos en Minas de Gerais suspendieron las celebraciones, mientras que en Ceará son 24 los municipios que renunciaron a los bailes de este año, según los periódicos O Tempo y Brasil Económico.

"Nunca en la historia de nuestra ciudad había sucedido algo así. Con los corazones rotos hemos tomado esta decisión", dijo el alcalde de Oliveira (Minas Gerais), Antonio Penido. Oliveira tiene una población de 42.000 habitantes y recibe 20.000 turistas durante el carnaval.

A su vez, en Sao Paulo, las autoridades han cancelado las fiestas en dos localidades  de la región. En cuanto a Río de Janeiro, donde se celebra el carnaval más famoso y multitudinario del país, se mantendrá el festival con la única restricción del uso de elementos acuáticos en los shows de las escuelas de samba, Uniao de Ilha do Governador y Unidos de Viradouro.

Según Folha de Sao Paulo, un cuarto de los habitantes -entre 46 y 48 millones- sufre actualmente por la falta de abastecimiento de agua potable y corren el riesgo de tener una disminución de la energía eléctrica en sus hogares.

Los datos de medios locales junto a las declaraciones de la ministra de Medioambiente, Izabella Teixera, han asegurado que -durante estos últimos meses- la crisis hídrica es más grave para Sao Paulo, Río de Janeiro y  Minas Gerais.

Los embalses que abastecen a Río de Janeiro y Sao Paulo han llegado a un "volumen muerto" de agua, pero la situación que viven los paulistas se ha convertido en una de sus peores crisis. Esto, debido a que el sistema de embalses de Canteira, que abastece 6,5 millones de personas en la ciudad se secará por completo entre marzo y septiembre de 2016.

Según dijo a La Tercera, Wagner Costa Ribeiro, geógrafo de la Universidad de Sao Paulo, "la gente de las grandes metrópolis -Sao Paulo, Río de Janeiro y Belo Horizonte- está sufriendo porque se ha adoptado un insoportable control de flujo de agua, que produce injusticia ambiental". El geógrafo contó que la presión del agua disminuye por las noches y los sitios que se encuentran más elevados o lejos del centro de las urbes, donde se sitúan los "barrios más pobres", quedan sin suministro de agua potable.

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