Las historias de Exequiel Carvajal o "Yogurt de Mora"

El célebre encordador desclasifica sus mejores anécdotas, narra detalles de su vida y se postula a la presidencia de la Federación de Tenis.




Una máquina encordadora de última generación es la estrella del local-cafetería que tiene Exequiel Carvajal en el Club Providencia. Quizás su nombre no diga mucho. Sin embargo, cuando se habla de Yogurt de Mora todos saben quién es. El popular apodo superó las fronteras y hoy es su principal carta de presentación.

"Siempre pensé que Pato Cornejo me había bautizado así, hasta que el otro día me encontré con Patricia Rivera, una ex tenista, en un evento de Wilson en el Club de Polo. Ahí se me acercó y me dijo: 'Tengo que decirte algo, yo fui la que te puso Yogurt de Mora'. Claro, ella vivió en Ecuador mucho tiempo y yo le pasaba las pelotas cuando entrenaba a su hermano chico, Alfredo. Y ella le comentó: 'Este chico es igual al Yogurt de Mora', que seguramente era una persona que conoció allá. Entonces, es probable que Pato haya ido pasando y escuchó eso. Eso sí, no me gustaba mucho el apodo, pero Nano Zuleta me dijo que no importaba, que eso me iba a hacer famoso", relata el destacado encordador.

A sus 53 años, Yogurt confiesa que, de no haber sido por el tenis, no sabría dónde podría estar hoy. "Mis papás se separaron cuando tenía nueve años y me tuve que ir a trabajar, porque no tenía qué comer. Así de simple. ¡Cómo iba a pensar en estudiar si ni siquiera tenía para comer! Gracias al tenis aprendí de todo y conocí más de 50 países", afirma.

Es por eso que todo lo que le dio este deporte lo retribuye a diario en el Club Deportivo Social y Cultural Yogurt de Mora, que cumplió 10 años, y que este lunes,  a las 19.00, cerrará su temporada en el Court Central del Estadio Nacional. "Tenemos a más de 50 jugadores de todas las edades y tratamos de apoyar a los niños. Incluso, el lunes vamos a firmar un acuerdo con la Subsecretaría de Servicio Social, y nuestro próximo paso será crear una fundación". Y plantea: "Si Fernando González tiene una fundación, ¿por qué el Yogurt no puede tener otra?".

Por supuesto que en su larga experiencia en las canchas, el vecino más célebre de la Población Exequiel González Cortés de Ñuñoa almacena grandes anécdotas, que no duda en compartir.

El moroso Haas

En 1997 el alemán Tommy Haas jugó el ATP de Santiago. Y, cómo no, el encordador oficial era Yogurt de Mora. El futuro número dos del mundo tuvo un breve paso por San Carlos de Apoquindo, pero dejó una increíble deuda. "Haas me mandó a encordar cinco raquetas y nunca me las pagó. Se hizo el leso con el tema y desapareció. Massú siempre me dice cuando lo ve: 'Ahí va el que te quedó debiendo", narra.

Una de la anécdotas más jocosas de Yogurt de Mora tiene relación con una gira realizada con Leonardo Zuleta y un grupo de jugadores de proyección, en el que se encontraban Nicolás Massú y Fernando González. Viajaban en automóvil desde Italia a Francia.

"Para estar más cómodos, el Nano Zuleta nos dijo que sacáramos los pasaportes para dejar los bolsos amarrados al techo del auto. Cuando llegamos a la frontera, todos estábamos con los pasaportes en la mano menos el Nano. Entonces, hubo que desatar las maletas. El problema es que no quedaron bien amarradas y en un túnel se cayó la mía. Nos estacionamos a la salida y nos metimos corriendo con el Nano a buscar la maleta. De repente viene un camión y la revienta. Se llevó pegados mis calzoncillos, mi camiseta de Boca y las cuerdas. Todos se reían, pero yo estaba furioso", rememora.

La humildad de Rafa

Hace casi dos años el ATP de Viña del Mar se revolucionó con la presencia de Rafael Nadal. El astro español confió sus raquetas a Carvajal, quien quedó admirado con la calidad humana del nueve veces ganador de Roland Garros. "Nadal se portó 10 puntos. Le encordé toda la semana con 25 kilos de tensión y jamás puso un problema. En cambio, otros han ganado un par de partidos y se agrandan", recuerda.

La Biblia del Chino 

Desde los 24 años que Exequiel Carvajal es evangélico y, como tal, siempre intenta transmitir la palabra de Dios a los tenistas con los que comparte. "Cuando iban a encordar a mi pieza o cuando íbamos en el auto, siempre les ponía música cristiana", señala. Incluso, Marcelo Ríos se mostró interesado en las doctrinas de la fe. "Con el Chino más de alguna vez hablamos del tema y siempre me pedía una Biblia, así que le regalé una", desclasifica.

Al final de la conversación, Yogurt se pone solemne y sorprende con un anuncio: "Me gustaría ser presidente de la Federación, así que puedes colocar que soy el primer candidato. Soy un trabajador del tenis, esté quien esté, y el que necesite mi ayuda, la va a tener", sostiene con la misma ilusión del primer día.

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