A pesar de los tres años que les quedan a los pequeños empresarios para poder etiquetar sus productos, la preocupación sigue. Algunos gremios acusan falta de orientación por parte de los organismos del Estado y alertan sobre nuevas exigencias que podrían convertirse en barreras económicas.

Hace poco más de un mes que entró en vigencia la nueva modificación a la Ley 20.606 de etiquetado de alimentos, que exige a las empresas etiquetar sus productos con el sello "Alto en" si es que supera los límites de azúcar, grasas saturadas, sodio y calorías determinados por el Ministerio de Salud (Minsal).  Por ahora, la medida sólo aplica para las grandes empresas, pero en 35 meses más las micro y pequeñas unidades productivas tendrán que acoplarse a la norma.

A pesar de que la medida fue pensada para ayudar a las firmas de menor tamaño a adecuarse a las nuevas exigencias, este tiempo extra en que venden sin etiquetar podría causarles grandes costos y pérdidas económicas, sostienen en los gremios, donde ya están tomando medidas para poner en marcha alguna acción preventiva. Desde la Asociación de Emprendedores de Chile (Asech), explican que están en un proceso de levantar información con los socios relacionados al rubro alimenticio, con el fin de saber cómo se están preparando para enfrentar esta nueva reglamentación y, de ser necesario, generar herramientas que les permitan estar alineados.

Supermercados

Uno de los mayores temores de los pequeños empresarios es que por el hecho de no tener aún implementado el etiquetado, los supermercados frenen o rebajen sus compras.

Desde la Confederación Nacional de la Pequeña Industria y Artesanado de Chile (Conupia) explican que es posible que los supermercados dejen de comprar productos sin etiquetas, porque podría causar confusión en sus consumidores, o presionar a los pequeños productores para que adopten la ley de inmediato. "Nos cuesta mucho entrar con nuestros productos al retail, entonces, si se agregan una barrera más, para nosotros sería muy significativo", apunta Roberto Rojas Puga, presidente de la entidad. Para Tomás Flores, economista y vicerrector de Aseguramiento de la Calidad y Planificación de la Universidad Mayor, esta preocupación es una posibilidad real. Explica que se puede dar que los grandes distribuidores dejen de comprar estos productos y prefieran los de las grandes empresas, cerrando el acceso a su mercado para los pequeños empresarios.

Frente a esta posibilidad, el ministro de Economía, Fomento y Turismo, Luis Felipe Céspedes, declara que de las fiscalizaciones que ha realizado la autoridad sanitaria en estas primeras semanas, sólo un 5% ha tenido observaciones al respecto.

Falta de orientación

Además de posibles nuevas barreras, algunos gremios acusan falta de medidas que les permitan orientarlos ante la nueva normativa. Piden una asesoría para que los pequeños productores puedan determinar si es que se debe o no etiquetar su producto y qué tipo de etiquetado debe llevar. "Creemos también que es importante plantear al Estado la necesidad de implementar planes formativos al respecto. En primer lugar, mayor orientación acerca del tema del etiquetado, pero también que haya una orientación del carácter técnico-científico", apunta el presidente de Conupia.

Frente a esto, Lorena Rodríguez, jefa de Nutrición del Minsal, explica que tales medidas sí existen, y que para poder resolver cualquier duda los afectados pueden acercarse a la Oficina de Informaciones, Reclamos y Sugerencias (OIRS) y a las Seremi de Salud de cada región. Además, señala que existe una directriz de Vigilancia y Fiscalización, donde se muestra paso a paso y de forma muy sencilla qué es lo que hay que hacer para saber si los alimentos deben ser etiquetados o no y qué rótulo deben llevar.