Los pasos del gobierno para cambiar el negocio de las AFP

paseo ahumada

La complejidad de la arista industrial de la reforma previsional llevó al gobierno a pedir la asesoría del experto del Banco Mundial, el chileno Heinz Rudolph. Ya se ha reunido con el equipo técnico y con las AFP más grandes del país. Crítico del encaje, cree que fijar un benchmark para medir el desempeño de los fondos es el camino para alinear los intereses de las gestoras con sus afiliados.




En septiembre del año pasado, el economista chileno y experto en finanzas del Banco Mundial (BM), Heinz Rudolph, llegó hasta el gabinete de la Superintendencia de Pensiones (SP) para una reservada reunión de trabajo. Quien fuera el coordinador de Finanzas Internacionales de Hacienda en los tiempos en que el ministro era Nicolás Eyzaguirre, hoy jefe de la Segpres, en las horas previas había pisado suelo chileno como cada cierto tiempo lo hace conforme a su agenda laboral. Pero en esta ocasión había un ingrediente adicional. Rudolph llegaba hasta el organismo para conocer en terreno los alcances reales, normativos e incluso políticos detrás del acuerdo nacional que en las semanas previas había fijado la Presidenta Michelle Bachelet como requisito para una reforma.

La reunión se hizo con la reserva acordada y sólo participaron el superintendente de Pensiones, Osvaldo Macías; la intendenta de Regulación de la SP, Olga Fuentes, y el asesor del Ministerio del Trabajo y también ex Hacienda, Cristóbal Huneeus. Aunque no duró más de una hora, quienes supieron del encuentro relatan que Rudolph se quedó con una noción más bien general sobre la trastienda de lo dicho por la Mandataria en la cadena nacional de agosto de ese año y, obviamente, sin certeza en aquellos días sobre la dirección que podrían tomar los enunciados.

No hubo acuerdo nacional. Ocho meses después, en una nueva cadena nacional, la Presidenta anunció su decisión de impulsar una nueva reforma al sistema de pensiones chileno, aun cuando la mesa de trabajo a cargo no logró sellar los consensos requeridos. Hoy, el proyecto de ley está en etapa de diseño, pero el compromiso oficial es que ingresará al Congreso en julio próximo, y por eso esta semana Rudolph nuevamente aterrizó en suelo chileno. A petición del gobierno, el experto del BM hoy está asesorando a Hacienda en la arista de cambios industriales y financieros que contempla la reforma.

El economista llegó el martes pasado al país, desde Río de Janeiro, donde hace una semana presentó un estudio, y para estos días en Santiago tenía programadas tres reuniones con altos ejecutivos de las AFP Provida, Cuprum y Habitat.

En su agenda también se consignaron otros dos encuentros con compañías aseguradoras que operan en el país. Las gestiones las hizo el propio Rudolph, aseguran personeros de gobierno, pero entre quienes fueron contactados comentan que también hubo otros intermediarios para facilitar el tema. En Cuprum y Provida hay ex integrantes de los gobiernos de la Concertación: el presidente de la primera es Hugo Lavados, ex ministro de Economía en el primer gobierno de Bachelet. En la segunda firma uno de los directores es Jorge Marshall, ex ministro de Economía del gobierno de Aylwin, y su suplente Osvaldo Puccio, ex vocero del gobierno de Lagos.

*La propuesta central

Consultados por este tema, ni Rudolph ni representantes de Hacienda quisieron emitir comentarios, pero en el grupo técnico que trabaja en el proyecto, confirman que la asesoría que está prestando el experto del BM se relaciona con los cambios que propondrán al funcionamiento de la industria de AFP para alinear los intereses de éstas con los de sus afiliados, vía regulación de la Superintendencia de Pensiones.

Para eso, se modificará el actual sistema de multifondos de pensiones (cinco fondos de ahorros), según ha dicho el propio ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, eliminando uno de ellos y creando un mecanismo de cobros de comisiones relacionado al desempeño de los ahorros previsionales gestionados por las AFP, el que funcionará como una suerte de premio y castigo por el retorno o pérdida que anoten los recursos.

Esta decisión se basa en que, según altos personeros del equipo a cargo, el funcionamiento del llamado encaje, norma que obliga a las AFP a destinar el 1% de su patrimonio a invertir de igual manera que lo hacen con los ahorros previsionales que administran, no ha ayudado a alinear los intereses de las AFP con los de sus afiliados. Una opinión que Rudolph comparte, ya que en el pasado ha sostenido que esa norma más bien ha facilitado un alineamiento de los intereses del fondo (afiliado) a los intereses de los accionistas de la administradora y no lo contrario, que se ha usado más como una estrategia de protección de capital, que el riesgo del accionista no es el que maximiza la pensión futura de un individuo y que "hay mejores formas de alinear intereses".

De este modo, Rudolph está asesorando a Hacienda en el diagnóstico, contenido y eventualmente diseño de una propuesta que aun cuando "está todavía muy en verde", aclaran personeros ligados al equipo técnico del gobierno, se basa en la idea de establecer un índice de referencia o benchmark para cada multifondo (los cuatro que quedarían), y a partir de esa base comparativa aplicar cobros de performance o desempeño de los fondos invertidos según cuánto se distancien o no del desempeño del índice de referencia respectivo.

Si bien esta parte de la propuesta ha sido menos mediática que el aumento de 5% en la cotización previsional obligatoria y la creación de un ente público para gestionarlo, el eventual impacto sobre su negocio preocupa a las seis AFP que operan en el país. Esto, porque la idea matriz del Ejecutivo es crear un mecanismo que asegure que en función del desempeño de los ahorros previsionales invertidos por la administradora respecto del benchmark correspondiente, la administradora comparta la responsabilidad de su decisión de cartera de inversión de los fondos gestionados, ya que el afiliado no tiene injerencia en eso. Poco ayuda, además, la fuerte diferencia entre los retornos que obtienen las AFP por sus inversiones y las que generan para los afiliados.

Aunque hay fórmulas más sofisticadas, dicen en el equipo técnico que reúne a expertos de Hacienda y Trabajo, lo que más gana terreno es que las AFP respondan en caso de pérdida con cargo a la comisión por administración -lo que implicaría bajarlas en caso de pérdidas, pero también subirlas si hay ganancias-, o aportar al ahorro del afiliado con cargo al patrimonio de la AFP. Ambas alternativas generan controversia en el sector.

*Cómo funcionaría

No hay nada cerrado y será la Presidenta quien tome la decisión final, pero Rudolph algo ha delineado el camino a seguir. Por ejemplo, ha dicho que para determinar una cartera óptima de activos (que a la postre debiera arrojar el índice de referencia o benchmark), lo que cabría es definir una pensión objetivo dado un supuesto de crecimiento de ingresos y de densidad de cotizaciones, y que ya que la tasa de contribución (cotización) está fijada, la única variable que se puede manejar es el nivel de riesgo a tomar por parte del afiliado. Así, si se asume que hay un activo libre de riesgo y otro riesgoso, la principal decisión que se debe tomar es qué proporción de la cartera destino a activos riesgosos. "Necesito definir exógenamente un portafolio de referencia, con ese objetivo en mente, y medir mi comportamiento en función de ese benchmark", ha señalado.

El portafolio de referencia, detalla en una presentación de mediados de abril pasado, en un seminario en que estaban Valdés y Macías, toma distintos niveles de riesgo a lo largo del ciclo de vida, donde cada periodo (en este caso, podrían ser los multifondos) tiene un portafolio de referencia distinto. Dado que la principal variable de manejo para el afiliado es cuánto riesgo puede tomar en cada momento del tiempo, el desempeño del fondo de pensiones se mide en relación a la desviación de riesgo respecto del portafolio de referencia. Así, el modelo en vez de generar competencia por maximizar la pensión, genera competencia por alcanzar la pensión objetivo, alinea los incentivos -desde las administradoras hacia sus afiliados- y entrega mayor control del riesgo durante el ciclo de vida del afiliado.

*Su visión crítica

Si bien en Teatinos 120 mantienen hermetismo total sobre la agenda de Rudolph, el economista ha intensificado sus gestiones para recoger sugerencias, sin escatimar en sus opiniones. "De poco me sirve ofrecer un rango de fondos si las personas no son capaces de hacer una elección racional… Las métricas que se presentan al público son poco adecuadas para responder los problemas del largo plazo", dijo en la presentación ya mencionada de abril.

*El modelo canadiense

En Hacienda enfatizan que el tema está en construcción, que las fórmulas en análisis no son pocas y que el trabajo técnico que requiere es muy fino, pues los fondos de pensiones también cumplen el rol de grandes inversores en infraestructura y empresas en general. Las AFP son los mayores inversionistas institucionales del país.

Por eso, el equipo económico también está analizando la experiencia del Plan de Pensiones de Canadá (CPP), el que con igual lógica se sustenta en un marco de inversión de cartera total con cuatro componentes: (1) Una Cartera de Referencia, que considera un nivel de riesgo prudente y apropiado para generar un retorno real neto de 4%, cifra que fija un denominado actuario jefe, quien a su vez lidera un consejo de inversión del CPP. Este ha cambiando su composición en el tiempo. (2) Una Cartera Estratégica basada en una diversificación de activos a cinco años o más, según una combinación de exposiciones diseñada para maximizar los rendimientos esperados a largo plazo, con el mismo nivel de riesgo total que la Cartera de Referencia. La idea es que el desempeño o performance de esa mezcla bien diversificada sea más robusta que una cartera de dos tipos de activos. (3) Rangos de cartera objetivo y (4) Enfoque de la cartera total.

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