Obispos que ya renunciaron a sus cargos hacen balance de gestión

El Papa Francisco deberá definir a sus reemplazantes en Rancagua y Antofagasta.




Alejandro Goic

Obispo de Rancagua

"¿Qué peligro representa para la sociedad un anciano gravemente enfermo?"

En este año hay dos obispos que tuvieron que presentar su renuncia al cargo, tras cumplir la edad límite de 75 años que establece la Iglesia para iniciar el trámite. Uno de ellos es Alejandro Goic, prelado de la diócesis de Rancagua y vicepresidente de la Conferencia Episcopal, quien hace un balance y reflexiona sobre temas que han estado en la discusión pública.

¿Presentó su renuncia?  Cada obispo, cuando cumple 75 años de edad (lo que ocurrió el pasado 7 de marzo de 2015) debe presentar su carta de renuncia al Santo Padre. El determina cuándo la hace efectiva.

¿En qué estado va el trámite ya iniciado?

En una reunión que sostuve en enero de este año con el Papa me pidió que continúe en mi ministerio de pastor de Rancagua por algún tiempo más, sin fecha establecida de término.

¿Qué balance hace de estos años en Rancagua?

El 27 de mayo cumplí 37 años como obispo, de los cuales 13 he servido en la diócesis de Rancagua. Estos han sido años con muchas alegrías, también con sufrimientos, pero siempre con el anhelo de ser fiel a Jesús y al Evangelio, que es el norte de mi vida.

Usted es conocido por instalar debates sociales, como el salario ético o los indultos para  presos adultos mayores, en 2009. Este último tema se retomó hace unas semanas, porque podría beneficiar a violadores de DD.HH. ¿Qué opina de esto?

Más que indultos, lo que pedimos para todos los presos ancianos o enfermos terminales era beneficios que les permitieran terminar sus días en sus hogares con sus familias, eso en el contexto del Bicentenario.  Una sociedad debe tener, junto a la verdad y justicia en estas delicadas problemáticas, también actitudes gratuitas de misericordia. Recientemente, varios actores sociales han pedido exactamente lo mismo, entre ellos, grandes defensores de los derechos humanos. ¿Qué peligro representa para la sociedad un anciano gravemente enfermo?  La sociedad se engrandece cuando tiene capacidad de perdón.

¿Qué falta para fomentar una relación más justa entre las grandes empresas mineras y trabajadores?

No es sólo en el ámbito de las empresas mineras. Durante los últimos años, Chile ha sido una de las economías de mayor crecimiento en América Latina. Sin embargo, las alentadoras cifras que muestra la economía no son sinónimo de un desarrollo social integral.  Se puede afirmar que el constante crecimiento de la economía nacional se ha realizado sobre la base de la permanente y desmedida explotación de los recursos humanos y naturales con los que cuenta el país.  Chile es un país altamente desigual debido, principalmente, a la mala distribución de los ingresos.

¿Qué debe cambiar?

Siempre he hablado como pastor, no como economista, y por ello he expuesto una realidad.  Como pastor propongo un asunto de moral personal y social con un llamado especial y particular a los que profesan la fe cristiana.  Trabajar por una sociedad más justa para los creyentes es un imperativo y consecuencia de la fe;  y también, para los que no tiene el don de la fe por razones de humanidad.

Pablo Lizama

Obispo de Antofagasta

"Los migrantes son católicos en su mayoría y han fortalecido nuestra fe"

Pablo Lizama es el otro obispo chileno que presentó su renuncia ante el Papa Francisco. Lo hizo hace casi un año, pero sigue en su cargo, debido a que aún no se elige a su sucesor para la Arquidiócesis de Antofagasta. Con 11 años viviendo en la zona, habla sobre el fenómeno de migración que se ha generado en los últimos dos años.

¿Cuál es su visión de los extranjeros?

Los niños han sido acogidos en nuestra catequesis, en las diversas pastorales parroquiales toman puestos destacados. Los migrantes son católicos en su gran mayoría y han fortalecido nuestra fe. A nivel diocesano tenemos religiosas y laicos trabajando en una oficina y en una casa de acogida para ayudarlos en sus primeros trámites ante los organismos del Estado.

Muchos de ellos no tienen recursos...

Un buen número de migrantes vive en campamentos que atienden pastoralmente los padres Felipe Berríos y Juan Agustín Bravo, ambos jesuitas; y para ellos hemos creado una parroquia personal más que territorial, distinta a una tradicional.

¿Cree que hay algunas situaciones de roce y desconfianza hacia ellos? 

Los migrantes han sido un aporte para la zona, realizan trabajos que ya no hacen los chilenos. Los extranjeros, por su gran número en nuestra ciudad, se hacen notar, y a veces hay roces con los antofagastinos por el fútbol, pero eso pasa en todo el mundo. En general son pacíficos y muy amigables. Son mucho más religiosos que nosotros, y se han integrado a nuestras pastorales. Y ahí, chilenos y migrantes se reconocen como iguales. Las autoridades hacen su tarea y con reglamentos más precisos ayudan a esta inserción. Espero que siempre podamos superar los roces naturales entre personas.

Usted presentó su renuncia. ¿Por qué lo hizo y cómo va ese trámite?

Presenté mi renuncia hace 11 meses, con 74 años de edad, es decir, un año antes de los prescrito por el Derecho Canónico y por enfermedad (tengo parkinson y diabetes), y por considerar que no presto así un buen servicio a los fieles. El Papa, ya que a él hay que presentarle la renuncia, me aceptó mi posición hace 10 meses, pero me pidió que siguiera en este servicio hasta que él pueda designar un sucesor.  Es la formula romana del "trun pronunc", que quiere decir "ya, pero espere".

¿Y qué debe pasar para que se haga efectiva? 

A partir de la aceptación de la renuncia, la Nunciatura pide a obispos, sacerdotes y laicos propuestas de nombres, porque, por ejemplo, tal o cual obispo o sacerdote podría tomar esta responsabilidad.  Este acopio de información llega a Roma y el Papa puede elegir a quién cree oportuno.

Usted nació en Santiago, pero lleva largo tiempo en el norte. ¿Cómo describiría al antofagastino?

El antofagastino quiere a su tierra de una manera notable. Cuando está fuera, extraña a sus cerros, a su clima, a su gente sencilla y poco expresiva, pero pacífica, amigable y servicial. Aquí llevo 11 años y me parece increíble. Como santiaguino no conocía la fe nortina tan mariana. Me han dado un ejemplo de fe y compromiso.

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