Sebastián Piñera: "Vivimos un clima enrarecido, pero este gobierno no está en guerra con nadie"

En medio de la crispación generada por la salida de Harald Beyer, el Presidente llama a la clase política a un gran acuerdo en educación.




El Presidente Sebastián Piñera cuenta que ha dormido poco estos últimos días, debido a la larga jornada que se extendió hasta la madrugada del viernes en Lima, donde Unasur se reunió de emergencia a analizar la situación en Venezuela. Dice que está "dolido" con la destitución de Harald Beyer, pero que su salida no puede frenar la reforma a la educación y, a pocos días de la votación en el Senado, hace un llamado a generar un gran acuerdo en el sector, pone una cuota de calma en medio del crispado clima político y da cuenta del perfil que tendrá el nuevo titular de la cartera.

Usted calificó la destitución del ex ministro Beyer como una injusticia. ¿Qué otro significado tiene esta destitución?

Además de una gran injusticia, causó un grave daño a la causa de la educación chilena. Injusticia porque se castigó a un inocente, y sé que los senadores acusadores lo saben. La acusación no tiene fundamentos jurídicos y, además, se castigó a una persona que ha dedicado su vida y ha colaborado con todos los gobiernos para mejorar la educación en Chile. Durante el gobierno anterior, cada vez que se llamó a una comisión había un nombre que nunca faltaba: el de Harald Beyer, quien hizo una gran contribución a la educación chilena, sin distinguir gobiernos.

¿Por qué se daña a la educación?

Porque el ministro estaba encabezando la gran reforma educacional, por la cual este gobierno está comprometido y que está en plena marcha. Es la reforma que enfrenta, simultáneamente, los tres niveles del sistema educacional -preescolar, escolar y superior-, y están los tres problemas de nuestra educación: calidad, acceso y financiamiento. Y con un solo objetivo: garantizar a todos nuestros niños y jóvenes una educación de calidad y con equidad. Pero, además, tuvo una connotación personal. El gabinete, además de ser un grupo de colaboradores del Presidente, somos un grupo de amigos. Y por supuesto que dolió la injusticia que se cometió con Harald Beyer. Ahora, quiero ser muy claro: la reforma educacional con la cual estamos comprometidos no se va a detener por su salida. Y como Presidente quiero ratificar el compromiso de este gobierno con seguir adelante, con más fuerza y más voluntad que nunca, con esa reforma.

¿El sucesor de Beyer apuntará en esta dirección? ¿Será alguien que permita seguir con la reforma?

Definitivamente. No es fácil reemplazarlo, porque es un hombre que tiene muchas cualidades.

El se mostró decepcionado de Michelle Bachelet, porque había colaborado con su gobierno.

Comprendo ese sentimiento, porque Harald Beyer colaboró especialmente con el gobierno de la ex Presidenta Bachelet, integrando al menos tres comisiones, a las que fue llamado personalmente por ella: educacional, previsional, y trabajo y equidad.

¿Usted cree, como él, que ella pudo hacer algo para evitarlo?

No me corresponde entrar a calificar las actuaciones, posiciones o declaraciones que puedan hacer los candidatos presidenciales. A mí lo que me corresponde es garantizarles a todos ellos que vamos a tener una elección presidencial limpia, transparente e informada (...). Sí pienso que esta fue una acusación injusta, que causó mucho daño a la educación y, por lo tanto, me habría gustado que todos los que aspiran a dirigir y liderar nuestro país desde la presidencia hubieran tomado una actitud más activa y proactiva en esta materia.

Los dos primeros ministros tuvieron un perfil más político; Beyer, uno técnico. ¿Cuál es el perfil del nuevo ministro, considerando que deberá lidiar con el movimiento estudiantil?

Es cierto que Educación es un ministerio muy difícil y a los ministros les cuesta mucho llevar adelante sus agendas. Hay muchos cambios de ministros y eso es algo en que hay que reflexionar, porque no ayuda ni mejora la calidad de la educación. El perfil del nuevo ministro que queremos es, primero, una persona que esté profundamente comprometida con la reforma, que tiene como norte garantizar una educación de calidad, independientemente del hogar que lo vio nacer. También tiene principios básicos que debe compartir desde sus convicciones, y esos son que creemos en una sociedad docente y no en un Estado docente, porque éste monopoliza las tareas de educación y les quita a los padres, a los jóvenes y a la sociedad su capacidad de elegir. Segundo, creemos que el Estado tiene la obligación de garantizar a todos los niños y jóvenes una educación de calidad, independientemente de su condición socioeconómica. Y, tercero, creemos que los padres tienen derecho a elegir la educación de sus hijos y los jóvenes la suya. Y hay algunos que quieren todo lo contrario.

¿Cree que las propuestas del fin del lucro y educación gratuita para todos atentan contra esto?

Transformar todo en caricaturas, en eslóganes, que en último término lo que hacen es ocultar la verdad, le hace un grave daño a nuestro país. ¿Qué significa lucro? Según la RAE, ganancia o beneficio. Si por lucro entendiéramos abuso o usura, por supuesto que habría que desterrarlo del mundo de la educación y de todo tipo de actividad. Cuando uno lo ve como una ganancia o compensación justa por un trabajo bien hecho, adquiere una connotación muy distinta. En Chile, esta caricaturización ha confundido y desviado la esencia del debate. Lo importante es la calidad de la educación. Si una institución educacional no ofrece educación de calidad, debiera desaparecer. Sea pública o privada, tenga o no tenga beneficios. Pero hemos ido cayendo profundamente en un falso dilema.

Se dice que este solo concepto, el lucro, ha botado a tres ministros ya. ¿Qué actitud debe tener la clase política para abordarlo?

Se ha confundido y caricaturizado el debate a través de dos conceptos: no al lucro y educación gratuita para todos. Y el debate debería estar en otros tres grandes principios: sí a garantizar a todos nuestros niños y jóvenes una educación de calidad, sí a garantizar el buen uso de los recursos públicos, y sí a que tengamos una sociedad docente y no un Estado docente, donde tanto el sector público como la sociedad civil puedan aportar al esfuerzo que podamos hacer en materia educacional (…). La opinión pública no se va a dejar confundir, porque se valora el aporte que ha hecho la sociedad civil a nuestro sistema educacional en cuanto a cobertura y calidad. Como también lo ha hecho el sector público.

Beyer dijo que su destitución era igual de injusta que la de Yasna Provoste.

Son dos casos muy distintos. La destitución del ministro Beyer fue una gran injusticia, porque se destituyó a una persona inocente, y me duele aún más porque los acusadores lo sabían. Había muchas más bases y fundamentos en la acusación a la ministra Provoste.

CLIMA Y LLAMADO

La campaña polariza y la destitución de Beyer crispó más el ambiente. ¿Hay "guerra declarada", como dijo el presidente de RN?

Por supuesto que estamos viviendo un clima político enrarecido, violentado por las pasiones y el clima propio de un año electoral. Pero yo quiero decir con meridiana claridad que el gobierno que presido no está en guerra con nadie, salvo la guerra declarada que tenemos contra la delincuencia, la pobreza, los abusos y las injusticias (…). No hay peor irresponsabilidad que desaprovechar las enormes oportunidades y desafíos que Chile tiene en el presente. Por tanto, este gobierno no está en guerra con nadie y tenemos una clara visión de cuál es el rol del gobierno y cuál es el de la oposición. Estas diferencias no significan que sean enemigos irreconciliables, sino que desde posiciones y responsabilidades distintas, y cada uno de acuerdo a sus convicciones e ideas, todos tenemos la obligación de aportar a construir un mejor país.

Pero hay polarización...

El gobierno tiene que gobernar para todos los chilenos, y escuchar y dialogar con todos. Y yo, como Presidente, voy a seguir gobernando, escuchando y dialogando para todos. Y la oposición, en mi opinión, debiera ser firme en la fiscalización, pero debe tener un espíritu de lealtad con el país y un espíritu constructivo con la agenda de país. Por eso, a partir del próximo lunes, dados este clima enrarecido y las mayores dificultades que significa un ambiente electoral, el gobierno, a pesar del dolor y la frustración que nos significó la acusación contra el ministro Beyer, va a continuar buscando, con mayor fuerza y compromiso, esos caminos de diálogo, de entendimiento y de acuerdo con la oposición y con la sociedad civil.

Tras la aprobación del libelo en la Cámara surgió la idea de convocar a un gran acuerdo nacional en educación. ¿Cree que hay voluntad política para ello?

Definitivamente reitero el llamado que hubo a un gran acuerdo nacional en la educación. Esta es la madre de todas las batallas, porque una educación de calidad abre a nuestros niños y jóvenes un mundo de oportunidades y su ausencia, probablemente, los condena a un mundo de frustración. Y por supuesto que espero de parte de la oposición una actitud receptiva, constructiva y honesta frente a este llamado.

Para un acuerdo se requieren consensos. ¿La capacidad de generarlos es otro requisito para el sucesor de Harald Beyer?

Uno de los criterios con que buscamos al nuevo ministro o ministra es su compromiso con esta reforma, con estos principios básicos que queremos que la iluminen, su capacidad de comunicar, motivar, liderar y entusiasmar. Por supuesto que debe ser capaz de encontrar diálogos y llegar a acuerdos con todos los sectores, incluyendo naturalmente a la oposición.

¿En qué se traduce el que usted esté dispuesto a llegar a un gran acuerdo? ¿Hay gestiones con la oposición?

Por supuesto que sí. De lo que hemos avanzado hasta el día de hoy y de la agenda que falta en educación, le puedo asegurar que no solamente ha habido un diálogo profundo, sino que en algunos temas hemos llegado a acuerdos sustanciales. En consecuencia, lo que queremos es que lo ocurrido con el ministro Beyer no obstaculice ni frene la reforma. Y en los puntos donde no hay acuerdo, que se discuta democráticamente en el Congreso y en esta campaña presidencial (...). A este gobierno le ha tocado gobernar en circunstancias y tiempos muy difíciles. Hemos vivido en un mundo en permanente crisis y nadie sabe cuándo va a terminar. Y a pesar de esto, el que Chile hoy esté entre los países de mayor crecimiento del mundo, que más empleos ha creado, es algo que nos tiene que llenar de alegría y legítimo orgullo. Nada de esto es casualidad, y obedece al esfuerzo de todos los chilenos y a políticas públicas serias y responsables. Chile no está blindado ni es inmune a lo que está pasando en el mundo. Por tanto, hago un llamado a cuidar nuestro país, a actuar con patriotismo, con lealtad. Es muy difícil construir un buen país, y es muy fácil destruir lo que juntos y con tanto esfuerzo hemos construido. Por tanto, este llamado, especialmente en este año electoral, es a cuidar Chile.

¿Oposición y oficialismo?

Por supuesto. Ya que tenemos un nuevo Papa, ese llamado es urbi et orbi, a todos y en todos los lugares.

Beyer dijo que tras su acusación y el acuerdo para elegir a Pedro Velásquez en la Cámara, la clase política pasaba por un "mal ciclo". ¿Qué opina?

Comparto en lo medular la opinión del ministro Beyer.

¿No le gustó la elección de Velásquez?

No.

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