Sudán del Sur celebra el primer aniversario de su independencia en medio de tensiones con Jartum

El país festejó con desfiles y fiestas aunque su presidente, Salva Kiir, señaló que el ahora estado independiente de Sudán tiene grandes retos por delante.




Sudán del Sur celebró hoy el primer  aniversario de su independencia, en presencia de dirigentes extranjeros, pero  con la ausencia notable de representantes de alto nivel de Sudán, con el que  las relaciones siguen tensas después de los combates de hace unos meses.

Entre los invitados figuraron el secretario general de la ONU Ban Ki-moon, el  presidente de la Comisión de la Unión Africana (UA), Jean Ping, y el presidente  en ejercicio de la Unión Africana, Boni Yayi.

Según el programa oficial, ningún responsable sudanés de primer orden estuvo en la capital sursudanesa, contrastando con la presencia hace un año del presidente sudanés Omar el Bechir, calurosamente recibido cuando asistió a la celebración que marcó la separación de Sudán.

El comienzo de las ceremonias oficiales -oraciones, parada militar y  discursos- estaba previsto para el mediodía, pero la fiesta comenzó a  medianoche en las calles, donde los automovilistas hicieron sonar sus bocinas  para marcar el primer aniversario de la separación de Jartúm, después de casi  medio siglo de guerras civiles que dejaron varios millones de muertos.

A pesar de la alegría manifestada, este primer año de existencia fue particularmente difícil, marcado por  graves tensiones con el ex dominador sudanés, las que en enero llevaron al nuevo Estado a detener su producción de petróleo -privándolo de 98% de sus  recursos- y entre marzo y mayo, a combates mortíferos.

El vicepresidente,  Riek Machar, admitió que las autoridades no lograron  satisfacer las expectativas de la población, atribuyendo este fracaso "a las  dificultades imprevistas (...) que fueron encontradas". Ejemplo de la situación actual, en las puertas del memorial, había  voluntarios pidiendo donaciones en favor del ejército.

Actualmente todo queda por construir -administración, infraestructuras, servicios sanitarios- en un país que debió comenzar prácticamente desde cero,  en la medida que Jartum nunca desarrolló la región.

El índice de analfabetismo entre la población adulta alcanza el 73% y el  nivel de escolarización en la educación segundaria es de apenas del 6%.

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