Yasmina Reza: "El adulterio es a veces necesario para la pareja"

La dramaturga francesa, célebre por su obra Art, publica nueva novela, Felices los felices.




Han pasado 20 años desde que en 1994 Yasmina Reza (París, 1959) irrumpiera en la escena mundial con Art, aquella obra de teatro que conseguía desnudar las dificultades, miserias y fragilidad de la amistad, a través de tres actores en torno a un cuadro blanco colgado en la pared. A partir de ese momento, Reza llegaría a convertirse en la más afamada de los dramaturgos franceses actuales.

Su trayectoria se ha desarrollado entre el teatro, la novela y los guiones. También ha escrito textos autobiográficos y durante casi un año siguió al ex Presidente francés Nicolas Sarkozy, retratándolo en El alba la tarde o la noche. La adaptación cinematográfica que hizo su amigo Roman Polanski de Un Dios salvaje, fue la última vez que se vio un trabajo suyo en la gran pantalla. Reza no quedó contenta con el resultado, le pareció que los personajes eran prototípicos y que el final elegido por el director, donde los niños son felices al margen de cualquier conflicto entre adultos, es una falsedad.

Su última novela, Felices los felices (Anagrama), roba del poema de Borges Elogio de la sombra una frase para titularla: "Felices los amados y los amantes y los que pueden prescindir del amor. Felices los felices". Ahonda aquí en el amor, la amistad, el matrimonio, el poder, la familia, la vida y la muerte, inscribiéndose como una gran novela sobre la desolación humana.

Exigente, severa y desconfiada de los reduccionismos conceptuales, Yasmina Reza despacha grandes frases que luego niega sean de ella, sino que adjudica a sus personajes.

No se reconoce pesimista, aunque en esta constelación de 18 personajes que ha descrito con certeza, todos parecen convivir incómodos y mortificados con sus propias elecciones sentimentales. "Hay una parte de autobiografía, de pregunta autobiográfica, son preguntas que me hago en la escritura. No soy socióloga, pero me pregunto si la pareja es una buena estructura para el amor. Cuando hablamos de una mujer y de un hombre que se aman libremente sí, pero cuando le añadimos los niños, el hecho de vivir juntos y de que lo compartan todo, creo que no. Es una constatación de mí misma y de la gente que tengo a mi alrededor. Pienso entonces que no es una buena estructura, pienso que pesa demasiado para el amor, y es una contradicción. El adulterio es a a veces necesario para el bienestar de la pareja y del matrimonio", afirma.

Al minuto siguiente niega que esta frase la identifique; defiende ferozmente su escritura y sus opiniones contra todo cliché: "Los escritores no sabemos nada. Si se hace una afirmación categórica, es lo contrario a lo que hace el escritor que siempre está buscando, dudando, incluso puede tener hasta mala fe cuando escribe. Y este tipo de frases son como tomar un camino paralelo, el de las ideas hechas de antemano".

Ganadora del Premio Le Monde 2013, Felices los felices es una novela estructurada en 21 capítulos breves, donde cada uno toma la voz del monólogo interior de un personaje. Son burgueses neuróticos en su mayoría o viven sin apremios materiales, pero mortificados por situaciones dramáticas con giros hilarantes. Es así como unos padres asisten con horror a la obsesión malsana de su hijo que pasa de ser fan a creerse Celine Dion, o una pareja que discute airadamente en un supermercado entre barras de chocolates y quesos, escenificando sus luchas de poder y ausencia de comunicación.

La formación de actriz de Yasmina Reza está muy latente en su narrativa, y cada uno de estos capítulos está listo para verse en el teatro, no así en el cine, como aclara su autora. No hay heroísmo en los personajes ni misericordia hacia ellos, aunque Reza niega ser cruel. "No sé por qué pero es un calificativo que siempre vuelve. Pueden decir muchas cosas de mí, positivas o negativas, pero cruel no la entiendo. Duro sí, en el sentido de no blando, pero cruel no lo entiendo. Amo a todos mis personajes, hago muestra de una sensibilidad exacerbada, nunca los mato e impido que caigan demasiado enfermos. Lo peor es cuando dicen 'cruel' como si fuera un cumplido, pero quizás la lucidez es la que parezca cruel".

Notable es el capítulo donde se burla de un alto político con ínfulas de semental. Según la autora, no se ha basado en nadie en particular, pero sí ha bebido de su experiencia tras investigar para El alba la tarde o la noche: "Al haber estado en el mundo político francés durante unos meses, puedo decir que hay una especie de tropismo moral, la gente está en una suerte de a-realidad, como por encima de todo, flotando. Es verdad que hay una relación compulsiva con las mujeres, no en todos claro (…). No me veo siguiendo a Hollande. Me gustó mucho el año que pasé, me gustó el libro, pero es que Nicolas Sarkozy es un personaje novelesco, y Hollande no, aunque le ocurran cosas de novela. Tampoco me veo haciendo un libro de Marie Le Pen (la ex candidata del derechista Frente Nacional). El estado actual de Francia no es un móvil literario para mí. Ella tiene una personalidad y un recorrido interesantes, pero me parece que la gente de su entorno es muy deprimente".

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