Reforma laboral

Imagen Ventas Comercio 5


Como representantes del comercio, sector económico que emplea a casi dos millones de personas, miramos con preocupación el difícil momento que atraviesa nuestro rubro: ventas que no repuntan y la competencia desleal de algunas plataformas electrónicas, sumado a las profundas transformaciones que genera la irrupción de nuevas tecnologías, han hecho que estos últimos meses sean de gran complejidad para el sector. Estamos también inquietos por el futuro de nuestros trabajadores ante la sostenida pérdida de puestos de trabajo debido a esta nueva realidad, situación que podría incluso agravarse.

Estamos convencidos de que, para afrontar este nuevo mundo del trabajo, debemos considerar dos elementos esenciales: un sistema nacional de capacitación efectivo y un marco jurídico moderno.

El gobierno se ha hecho cargo de ambos elementos enviando los proyectos de ley de modernización laboral y franquicia tributaria Sence, teletrabajo y de jóvenes estudiantes. Respecto de la iniciativa legislativa de modernización laboral, nos parece positivo para los trabajadores y empleadores de nuestro sector la posibilidad de flexibilizar, de común acuerdo, aspectos relativos al lugar y horario de trabajo.

Asimismo, y en aras de promover el tránsito hacia la economía formal, nos parece adecuado el tratamiento que hace el proyecto a los servicios prestados a través de plataformas digitales considerándolos como relaciones comerciales, pero reconociendo el derecho a protección social de estas personas. Concordamos también con la propuesta de formalizar los trabajos esporádicos u ocasionales, hoy en día carentes de toda protección, a través de la posibilidad de pactar contratos especiales con este tipo de trabajadores.

Como CNC apoyamos la pronta promulgación e implementación de estas leyes, así como un debate a la altura que deje de lado mezquindades ideológicas, a la espera de su positivo impacto en la calidad de vida de los trabajadores, así como en la economía y la productividad de nuestro sector y del país. Pero con ese mismo entusiasmo, queremos advertir que ninguna de estas iniciativas logrará su objetivo si no van de la mano de un diálogo abierto y sincero con los trabajadores. De hecho, la magnitud de los desafíos laborales que se vienen es tal, que simplemente no existe manera de hacerles frente si no es a través de un trabajo conjunto entre trabajadores, gobierno y empresarios.

En definitiva, esta tarea no se resuelve únicamente con leyes y buenas políticas públicas, sino que es esencial que cada actor entienda el rol y responsabilidad que le cabe.

Por nuestra parte, continuaremos las instancias de diálogo social con la CUT iniciadas hace más de un año, donde producto de las mesas tripartitas que hemos realizado a lo largo del país, sabemos que los trabajadores no temen hablar de flexibilidad. Es tarea de todos ponernos de acuerdo en cómo queremos que esa flexibilidad opere. Invitamos a los empresarios y trabajadores de Chile a hacer lo mismo.

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