Agenda institucional

pinera


SEÑOR DIRECTOR

Cuando no confiamos en alguien, es difícil que veamos con buenos ojos sus acciones. Lo mismo ocurre con el sistema político: si no confiamos, cualquier reforma que emane del Estado traerá consigo algo de (y quizás mucha) sospecha.

Por ello, los diputados de Renovación Nacional se equivocan al emplazar al Presidente Piñera a enfocarse primero en las reformas sociales y luego en la agenda institucional. Ambas agendas son urgentes de impulsar.

Las llamadas reformas institucionales buscan dar aire fresco a instituciones clave para el funcionamiento democrático, lo cual puede tener un impacto en una recuperación de la confianza ciudadana hacia el Estado, que se ha debilitado fuertemente por los distintos casos de corrupción y malas prácticas en política.

El éxito de cualquier institucionalidad está en su capacidad para adaptarse a sus tiempos. Hoy por hoy, es clave reforzar las reglas que robustezcan la idea de que el Estado vela por el ciudadano de a pie y no por los intereses de ciertas élites.

Así y todo, aplazar la agenda institucional es como "chutear" la pelota al córner respecto a un tema que tarde o temprano tenemos que enfrentar.

Gabriel Olave

Investigador de IdeaPaís

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