Alianza público-privada para superar la pobreza



Esta semana, el gobierno lanzó el programa "Compromiso País", con el cual buscará apoyar a las personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad, debido a las dificultades y carencias que enfrentan y que no están en condiciones de superar por sí mismas. Para ello, se construyó un Mapa de la Vulnerabilidad que permitió identificar y priorizar a 16 grupos vulnerables de acuerdo a sus problemáticas específicas. Entre ellas están las mujeres víctimas de violencia que no cuentan con los recursos para independizarse, adultos mayores con discapacidad o dependencia que viven solos o institucionalizados, mayores de edad con escolaridad incompleta, así como personas que llevan un tiempo cesantes y que no cuentan con otras fuentes de ingreso, tan sólo por mencionar algunos ejemplos.

Definidos estos grupos, se conformarán mesas de trabajo donde participarán, además de los representantes del sector público, destacados académicos y expertos en cada una de las problemáticas a abordar, personas con experiencia en terreno, empresarios y también miembros de la sociedad civil. La idea es que éstos trabajen en el diseño e implementación de propuestas concretas de soluciones innovadoras para el grupo específico para el que han sido convocados. Luego, será el Ministerio de Desarrollo Social el encargado de hacer un seguimiento, así como de evaluar cada una de las iniciativas desarrolladas.

El programa recién anunciado parece ser oportuno y en cierta forma inédito en comparación con otras iniciativas en materia social, tanto por la población en la cual está focalizado, como por la forma en que se ha decidido gestionar. Primero, porque busca dirigir el apoyo del Estado hacia la población que no necesariamente es pobre por ingresos, pero que sí se ha identificado alguna dificultad que le impide desenvolverse con éxito. De acuerdo a la encuesta Casen 2017, hay más de 935 mil hogares (20,7% de la población) que se encuentran en situación de pobreza multidimensional producto de las carencias que exhiben en algunos de los ámbitos como educación, salud, trabajo, seguridad social, vivienda, o redes y cohesión social. Sin embargo, sólo una pequeña fracción de dichos hogares se encuentra también en situación de pobreza por ingresos (sólo un 27%), motivo por el cual la gran mayoría no necesariamente están siendo cubiertos por la política social, aun cuando sí requieran algún tipo de apoyo para poder superar sus desventajas.

En ese contexto, el segundo aspecto novedoso de esta iniciativa está en la forma de abordar y gestionar el desafío planteado, involucrando y comprometiendo a la sociedad civil y al sector privado desde el comienzo, no solamente en el diseño, sino también en la ejecución de soluciones sociales. Si bien es necesaria una buena coordinación desde el sector público, la clave del éxito estará en las sinergias que se puedan lograr a través de las alianzas con el sector privado y de los aportes que cada uno de los participantes podrá realizar desde su experiencia y fortalezas.

Producto de las altas expectativas que se han generado, es indispensable que este grupo de trabajo no defraude y pueda exhibir resultados concretos en plazos determinados, porque de lo contrario podría caer en la misma irrelevancia de otras comisiones, debilitando el valor de las alianzas público-privadas.

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