Anexión israelí



SEÑOR DIRECTOR

El artículo “Se multiplican los llamados contra proyecto de anexión israelí en Cisjordania”, nos permite extraer ciertos tonos grises en el panorama blanco y negro emanado de la bola de cristal de algunos artistas y políticos locales, sobre un hecho que supuestamente iba a concretarse el 1 de julio.

Tal como lo ha señalado la diplomacia israelí, una eventual extensión territorial en Judea y Samaria no está definida, ni por el Parlamento ni por el gobierno. Por eso, el artículo señala que no debe extrañar que esté pendiente saber si Netanyahu optará por una anexión de magnitud o “se decantará por un enfoque minimalista, añadiendo a su territorio un puñado de asentamientos”. Es decir, nada concreto ni claro.

Respecto de los comentarios del grupo terrorista Hamas en esta nota, en el sentido que cualquier anexión sería una "declaración de guerra", claramente son parte de su tradicional estrategia para seguir justificando una guerra santa islamista, y el sueño palestino de destruir a Israel.

Por otro lado, la opinión del liderazgo palestino de que la anexión hace saltar por los aires los acuerdos de paz de Oslo, es totalmente consistente con su habitual inconsistencia, considerando que el propio Mahmoud Abbas desechó estos acuerdos ante la Organización para la Cooperación Islámica en 2017.

Finalmente, la mención a la protesta de colonos israelíes contra el plan de Trump porque “también prevé la creación de un Estado palestino en un territorio reducido”, habla de una puerta que se abre para un estado palestino viable, basado en la historia, el derecho y el pragmatismo.

Diego Barr

Chileno de religión judía

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.