Ataques a comunidades LGTBI



SEÑOR DIRECTOR

Hemos visto crecer gobiernos de derecha, con una narrativa que lucha en contra de lo que han llamado "ideología de género", refiriéndose peyorativamente a un movimiento que ha posicionado política, social y culturalmente el igual reconocimiento y derechos para mujeres y comunidades de las sexualidades subordinadas, y contra la violencia de género.

Jair Bolsonaro en Brasil representa esa visión política alabada por algunos sectores de nuestro país. Allá se han producidos asesinatos de activistas de las comunidades de la diversidad sexual. En Chile, hemos visto reacciones más pintorescas, como el Bus de la Libertad. Pero también se escuchan comentarios despectivos, como los últimos del candidato presidencial José Antonio Kast, sobre la invitación para el 8M en La Moneda que le hicieran a una atleta trans. Esto es una manifestación de un discurso cargado de prejuicios, bajo el amparo de la libertad de expresión, que estigmatiza, creando climas propicios para el odio y la violencia.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos muestra que los ataques contra comunidades LGTBI, con frecuencia, están precedidos de un contexto de elevada deshumanización y discriminación.

Por tanto, no solo nos preocupan los ataques físicos contra personas LGBTI -los cuales ascienden a 13 durante este año-, sino también la violencia simbólica que los sustenta. El rol de todas las autoridades es tomarse en serio los derechos de las comunidades LGTBI, adoptando medidas concretas para detener la violencia y discriminación.

Lidia Casas Becerra

Judith Schönsteiner

Centro de Derechos Humanos Universidad Diego Portales

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