Autogoles



SEÑOR DIRECTOR

En reciente editorial de este medio se ha comentado acerca de la preocupante situación política del Perú y los indicios y alarmas que surgen al compararnos con este país, pensando que, en un futuro no tan lejano, podamos encontrarnos en una situación similar (de severa fragmentación política y carente de gobernabilidad).

Si bien es cierto que las causas de este fenómeno no son unívocas y, por lo mismo, no necesariamente asimilables a nuestra realidad nacional, nuestra clase política incesantemente ha pavimentado el camino hacia el arco propio, y de momento perdemos -al menos- tres a cero.

El primer autogol fue en 2012, cuando se aprobó la ley de inscripción automática y voto voluntario, abandonando toda noción de deber cívico, fomentando “acarreos” y bajando abruptamente la participación ciudadana.

El segundo gol en propia puerta fue en 2017, año en que la propuesta elegida para terminar con el binominal fue un sistema proporcional que puso todas las condicionantes para formar un Congreso fragmentado y de “nichos” electorales.

Por último, el más reciente autogol fue de los partidos políticos, quienes, desprestigiados por sus propios miembros, desembocaron en el absurdo “buenismo” de promulgar leyes pro independientes. ¿Cuál fue el resultado? Partidos políticos más débiles en favor de listas de independientes sin alianzas que poco o nada renuevan el escenario electoral.

Con las advertencias realizadas, y comenzado el segundo tiempo, es momento de poner los esfuerzos en “chutear” hacia el lado correcto de la cancha.

Jorge Hagedorn G.

Director del área constitucional de IdeaPaís

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.