Bolivia 2020



SEÑOR DIRECTOR

En los próximos meses conoceremos la sentencia de la Corte de La Haya sobre la demanda boliviana. Cualquiera que sea su contenido, se producirá un debate en ambos países sobre su alcance, sobre la forma de cumplirla y la naturaleza de la justicia internacional. Ya se escuchan voces autorizadas que plantean que Chile debe retirarse del Pacto de Bogotá. Es posible que la polémica entre Bolivia y Chile se prolongue durante todo el año 2019 hasta que tengan lugar las elecciones presidenciales en el país vecino. La pregunta es qué viene después. ¿Seguirán las relaciones crispadas en un desencuentro estéril, sin futuro, lo que algunos llaman "el club de la pelea"?

Necesitamos elaborar un nuevo enfoque de las relaciones con Bolivia. Tenemos importantes desafíos compartidos, que si los enfrentamos en común ambos países pueden beneficiarse. Ese fue el propósito de la llamada Agenda de 13 puntos. El 2020 se abrirá un nuevo escenario. Por cierto que ese nuevo enfoque tiene que provocar una reacción boliviana positiva. Pensemos, por ejemplo, en los beneficios de la complementación energética, del uso compartido de los recursos hídricos, de los corredores interoceánicos y de la colaboración para la explotación del litio. De la actual crisis de Unasur hay que rescatar el trabajo para la integración de infraestructura (IRSA), en este caso en el Eje Andino del Sur. El país con un grado mayor de desarrollo puede dar el primer paso.

No será tarea simple. Por mucho tiempo hemos estado entrampados en la confrontación y en la disputa jurídica, lo que ha exacerbado la reacción nacionalista frente a lo que percibimos como agresión verbal boliviana. El statu quo no sirve a ninguno de los dos países. El camino por recorrer está lleno de baches y trampas, pero no es un laberinto sin salida.

José Antonio Viera-Gallo

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.