"Bolsonarismo político chileno"



SEÑOR DIRECTOR

Mal ha leído Carlos Correa la declaración en "Defensa de la Democracia en Brasil y del Presidente Lula", que suscribimos hace algún tiempo cerca de un centenar de personalidades de los ámbitos de la política, la cultura y el sindicalismo chilenos, entre ellos la expresidenta Bachelet y varios premios nacionales. Y quien lee mal, inevitablemente, no puede discurrir bien.

Correa nos acusa de relativismo moral por defender la corrupción en Brasil y nos compara con los personajes de la derecha chilena que han manifestado su simpatía con Bolsonaro, candidato a la Presidencia de Brasil, de inocultables tendencias profascistas.

En la citada declaración manifestamos sin ambigüedades que "Brasil debe emprender un proceso que suprima las raíces estructurales de esta (la corrupción) que derivan de la fragmentación y el clientelismo de su sistema político". Al mismo tiempo afirmamos nuestra convicción de que el proceso en el que se ha condenado al Presidente Lula en segunda instancia por recibir un departamento, del cual no es propietario ni ha ocupado, carece de fundamento jurídico. Y que al no existir sentencia firme debe presumirse su inocencia, como corresponde en cualquier Estado de Derecho en forma. Esta opinión ha sido compartida por numerosos y prestigiados juristas de todo el mundo, por influyentes medios de prensa como el New York Times y The Economist, entre otros, y por el propio Comité de la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas, que difícilmente pueden ser acusados de relativismo moral.

Mal servicio ha prestado a la causa de la democracia en Brasil y en Chile Carlos Correa, con sus infundados juicios expresados en su columna "Bolsonarismo político chileno", publicada ayer.

Jaime Gazmuri Mujica

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