Cambio copernicano

Instituto Nacional
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SEÑOR DIRECTOR

Admirable la capacidad que mostró la intendenta y el alcalde de Santiago para rasgarse vestiduras ante los medios de comunicación frente a los acontecimientos ocurridos en el Instituto Nacional.

Los delincuentes se hacen producto de la nula intervención familiar, el Estado y organizaciones sociales encargadas de formar a la persona humana. Las intervenciones de algunas autoridades en referencia a los hechos acaecidos al interior del colegio se enjuician desde un palco ajeno a la dramática realidad que sucede.

Hechos como los vistos no surgen de la nada, muestran un país que perdió su horizonte. La magia que antaño produjo héroes, cambió por la mafia de la indiferencia crónica, el individualismo corrupto y mercantil, la pobreza valórica, la genialidad para manipular y descartar.

Ante los escenarios sombríos y carentes de posibilidades para soñar y cultivar el frenesí del alma, desemboca en un pesimismo enemigo de lo bello, lo simple, lo profundo y lo eterno. Los delincuentes no son solo quienes actúan como tales, sino también los que nada hicimos para cambiar el destino de aquellos.

¡Qué fiasco la educación en Chile! Símbolo de ello son las iniciativas de represión e invasión policial a las que se recurre habitualmente ante eventos que ayer alcanzaban acuerdos con el diálogo, el respeto y el sentido común.

Lo más burdo, desatinado y oscurantista es la revisión de las mochilas, que sin duda ahonda en la violencia y la negación para educar. Venció el imperio de la opresión, la dictadura y el abuso del poder.

Urge un cambio "copernicano" para no acabar todos siendo registrados por instrumentos que violen nuestra integridad y dignidad, abusando sin límites de nuestra soberana libertad.

Pbro. Nicolás Vial Saavedra

Presidente Fundación Paternitas

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