Cambio de mando en Argentina

Alberto Fernández (1)


SEÑOR DIRECTOR

El cambio de gobierno en Argentina, al asumir Alberto Fernández, tiene un significado histórico que vale la pena destacar.

En esta ocasión Mauricio Macri demostró una sobria actitud republicana valiosa para las instituciones de su país que contrasta con la recordada y triste actuación de su predecesora Cristina Fernández hace cuatro años, cuando ella no tuvo la misma actitud con él. El segundo factor fue que por primera vez en casi 80 años -y ciertamente desde el regreso a la democracia en 1983- un gobierno no peronista logra terminar su período y traspasar el mando a una nueva administración, mientras otros presidentes en el pasado terminaron abruptamente su gobierno, en medio de traumáticos procesos. El tercer elemento es que se produce un nuevo giro hacia la izquierda en la política del vecino país, en un contexto crítico y variable en América Latina, con protestas en varios países y un clima de enfrentamiento entre el Foro de São Paulo y otras alternativas en la región.

La situación económica argentina es crítica y será difícil revertirla; a esto se suma una grave crisis social, en muchos sentidos dramática, manifestada en una pobreza creciente, especialmente preocupante entre los niños. Los Fernández tendrán una dura tarea, que requiere sabiduría y cooperación, menos palabrería gastada y capacidad real de generar condiciones para el crecimiento económico y la justicia social. Si bien algunas iniciativas apuntan en la dirección correcta, en otros casos se advierte un retorno a una retórica gastada, beligerante y de resultados inciertos.

Alejandro San Francisco

Profesor Universidad San Sebastián y Universidad Católica; Director de Formación Instituto Res Publica

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