Campamentos visibles

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El sector del manzano era un sitio eriazo, donde se instaló uno de los campamentos más grandes de la región.


Cuando nació, Yesenia vivió sus primeros días en una carpa instalada a un costado del Zanjón de la Aguada. Su vida, junto a la de sus padres y cinco hermanos, ha sido la calle. Desde hace 16 años, eso sí, ha tenido un hogar fijo. Los padres de Yesenia, junto a otras familias, se instalaron en un terreno de nadie, ubicado justo en el límite de las comunas de Santiago y Pedro Aguirre Cerda. A solo metros de la Autopista Central, el campamento GEN Chile se levantó sin llamar mayormente la atención.

En Chile, la vida de Yesenia, sus padres y sus cinco hermanos, fue invisible; hasta el año pasado, cuando nos propusimos como Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu) actualizar las cifras del Catastro Nacional de Campamentos, lo que no se hacía desde 2011.

En nueve meses contabilizamos a las familias, confirmando nuestras sospechas: la situación había empeorado, sobre todo en las regiones del Norte Grande. De los 657 campamentos identificados en 2011 habíamos llegado a los 822, poniendo el trabajo del Minvu cuesta arriba: aunque salieron familias de la precariedad, fueron más las que entraron a vivir a un campamento. Mientras realizábamos el catastro, aceleramos la gestión de cierre y logramos que 4.470 familias dejaran esta condición en 2018, para comenzar a revertir, de alguna manera, la tendencia negativa.

Durante el primer semestre de 2019, profundizaremos en la vida de esas familias, ampliando el catastro: queremos saber quiénes son, de dónde vienen, qué escolaridad tienen, qué bienes poseen, cuáles son sus perspectivas de vida.

Este trabajo será permanente en el tiempo y actualizaremos la información cada dos años.

Así, visibilizamos nuevamente desde el Minvu una realidad que requiere el trabajo fuerte del Estado, en alianza con privados y la sociedad civil. Le hemos dado realce al trabajo de la mesa Compromiso País, en la que empujamos alternativas innovadoras, como el monitoreo a través de imágenes satelitales y análisis de datos de inteligencia territorial, lo que permitirá detectar tempranamente la formación de nuevos asentamientos.

La valiosa información del catastro nos permitirá viabilizar programas más adecuados y efectivos. Pero, también, potenciar otras líneas de acción, como el Fondo Solidario de Elección de Vivienda, el subsidio de arriendo, y nuestra nueva política de Arriendo Protegido, con la que iniciaremos en los próximos meses una serie de proyectos piloto en suelo público, donde privados puedan construir viviendas con un porcentaje para arriendo con subsidio a precios controlados.

Hoy, a sus 29 años, Yesenia podrá vivir en una vivienda definitiva en Rancagua y hacer algo que parece tan cotidiano, como es beber agua potable. Esto también es integración social.

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