Caso de Ámbar

ÁMBAR


SEÑOR DIRECTOR

El presunto asesino de Ámbar ya había sido condenado el 2005 por el crimen de su anterior pareja y del hijo de ella. Desde el 2016, estaba en libertad condicional. Claramente, quienes cometen delitos de alta connotación social, siguen sin recibir condenas con todo el peso y rigor de la ley.

Por eso, quiero plantear las siguientes preguntas: ¿Qué rol le compete en esta materia a la Defensoría Penal Pública? ¿Y al INDH? ¿Qué ocurre en los tribunales de justicia? ¿Es tan simple conceder libertades condicionales?

De una vez por todas, es hora de que la izquierda, el centro y la derecha, colaboren para ser implacables ante la delincuencia; sin matices y poniendo a todas las personas, sin etiquetas, al centro de la gestión.

La coherencia es un bien preciado, y actuar en consecuencia con ella es una base para alcanzar objetivos que trasciendan en la sociedad.

Nicolás Ward Edwards

Periodista

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