Cautela frente a mejores cifras económicas

Economistas mantienen proyecciones de crecimiento para el año pese a “tropezón” de agosto

La economía chilena recién está dejando atrás los peores momentos en los que se vio sumida, pero su desempeño reciente no puede extrapolarse hacia adelante como garantía de crecimiento acelerado.



Las cifras de septiembre parecen indicar que lo peor de la crisis está quedando atrás. Después de caer por cinco meses consecutivos a tasas de dos dígitos, la economía chilena registró en el noveno mes una caída de 5,3%, la que, pese a ser muy abultada en el contexto histórico, a la luz de la profundidad de esta debacle es el reflejo de estar progresivamente saliendo del abismo económico en que quedó el país tras la crisis social y luego la pandemia.

En el desempeño de septiembre incidió el impulso de la actividad del Comercio, que según los datos del INE registró un aumento interanual de 6,3%, su mejor desempeño en 14 meses. Las principales incidencias positivas provinieron de las ventas de productos electrónicos, para el equipamiento del hogar y tecnológicos (con un salto interanual de 57,4%) y de materiales para la construcción, herramientas, ferretería y pintura (con un alza de 45,7%). Además, la producción manufacturera registró un crecimiento interanual de 5,3%. Los principales subsectores que apuntalaron la producción del sector fueron la elaboración de bebidas alcohólicas y no alcohólicas (+18,7% en 12 meses) y de carne (+12,7%), ambos influidos por la celebración de Fiestas Patrias.

Es evidente que en la recuperación relativa de la economía ha influido el retiro del 10% de las AFP. Sin embargo, sus efectos aún son acotados, como bien lo refleja el hecho de que el nivel de septiembre todavía no recupera el de precrisis sanitaria (está 7,1% abajo del nivel de febrero), ni tampoco el máximo alcanzado previo al estallido social. En otras palabras, la economía chilena recién está dejando atrás los peores momentos en los que se vio sumida, pero su desempeño reciente no puede extrapolarse hacia adelante como garantía de crecimiento acelerado.

Es preocupante que en este contexto avance la discusión de un segundo retiro de las AFP. Pese a las críticas iniciales, el primero fue aprobado en medio de la crisis económica y sanitaria, y cuando la capacidad de generar ingresos por parte de las familias era muy reducida. Lamentablemente, los moderados efectos económicos que está produciendo esta medida -que de todos modos serán temporales- no son suficientes para compensar la fuerte caída en los ahorros previsionales de las familias y la carga que esto supone en el futuro para las arcas fiscales.

Más lamentable aún es constatar que el crecimiento económico ha pasado a un segundo plano en la discusión de políticas públicas. Las perspectivas para el desempeño en el mediano plazo de la economía chilena siguen siendo modestas -tal como eran en febrero de este año-, y dependen en buena medida del éxito del proceso constituyente, del diseño de políticas públicas que haga un gobierno y un Congreso y el desempeño de los mercados externos, en los que arrecian el rebrote del coronavirus y nuevas medidas de confinamiento. Es indispensable entonces crear las condiciones para que la recuperación económica sea sostenida y no solo un rebote técnico de la crisis sanitaria.

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.