Chile, en un nuevo año



Por Gabriel Zaliasnik, profesor de Derecho Penal, Facultad de Derecho U. de Chile

Hoy es un día diferente, y por ende esta es también una columna distinta. Se celebra Rosh Hashana, el año nuevo judío. Se trata de una festividad que representa el inicio de un nuevo ciclo y una nueva oportunidad para reflexionar sobre cómo estamos llevando adelante nuestra vida. Como tal, este nuevo año -el 5782- es una ocasión propicia para que todos, y no solo los chilenos de origen judío, revisemos y comprendamos mejor el sentido de nuestra historia y de lo que estamos viviendo, dimensionemos nuestra responsabilidad y nuestro rol, sobre cómo cuidar nuestro país y, en especial, cuáles son los desafíos que tenemos como parte de la sociedad que conformamos.

Por lo mismo, como integrante de la comunidad judía en Chile, no puedo dejar de repasar lo que ha sido nuestro aporte para hacer de Chile un mejor país. La lista es extensa y excedería el objeto de esta columna, pues sangre judía recorre las venas de cientos de miles, sino millones de chilenos, tal como se evidencia lejanamente en la figura del Dr. Francisco Maldonado da Silva, primer médico titulado que ejerció en la entonces distante Gobernación de Chile, creando el primer Hospital de Santiago, y a quien la Inquisición condenó a la hoguera en 1639 por profesar la religión judía. Más cercanamente, se plasma de modo ejemplar en Mario Kreutzberger, don Francisco, al que debemos la monumental iniciativa de la Teletón, que por décadas ha unido a los chilenos tras una causa común.

Las historias de Maldonado da Silva como Kreutzberger, cuyos padres sobrevivieron al Holocausto en la Alemania nazi, se erigen en paradigmas del aporte del pueblo judío al país, pueblo que buscó en Chile refugió contra la opresión y persecución, y que desde su propia identidad contribuyó a nuestra identidad y unidad nacional.

Lo anterior cobra especial fuerza en un año en que Chile transita por un cambio de ciclo histórico y político. Un viejo cuento judío habla de dos hombres extraviados que se encuentran en el corazón de un bosque milenario. Uno le pregunta al otro si conoce cuál es la salida, a lo que éste responde que está igualmente desorientado y perdido. No obstante, le señala que sí sabe cuáles caminos no llevan a ninguna salida y que quizás juntos puedan encontrar el camino.

Que este nuevo año judío nos traiga calma y unidad, y que a partir del esfuerzo de todos, con racionalidad sepamos distinguir los posibles caminos, alejándonos de la intolerancia, el autoritarismo, y la odiosidad.

En su libro “Camisa limpia”, el fallecido escritor chileno Guillermo Blanco al recrear la vida de Maldonado da Silva escribió, “la unidad es sagrada y oponerse a ella, un crimen: el enemigo está ahí, a las puertas. Del crimen de oponerse a la unidad se pasa al crimen de pensar en oponerse, y muy pronto es pensar lo que constituye delito”.

Shana Tova u’metuka (feliz y dulce nuevo año).

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