China se prueba el traje de Gran Potencia Militar

CHINA


Djobouti, alberga la primera base militar china en el extranjero.

Pekín inauguró oficialmente, el 01 de agosto del 2017, su primera instalación militar, naval y logística, no solo en África sino que en el mundo.  Este hecho constituye un punto de quiebre, de inflexión, en lo que había sido la tendencia china en cuanto a trasformar su poder económico en otro político mundial. Un dato: el 60% de la deuda externa de Djibouti, hoy, está en manos chinas.

El comportamiento chino ha sido, desde su inserción global a través de su economía, a finales de los años 90 el de un actor, esencialmente, pasivo desde el punto de vista político, privilegiando desarrollar, el instrumento económico y financiero para proyectar un tipo de control político de determinados países en el sistema internacional. De la adopción de políticas de inversión estratégica en países geopolíticamente relevantes, y en áreas estratégicamente vitales para el desarrollo de su estructura económica, como son las  materias primas, hoy, con esta base, da un salto a la arena geoestratégica mundial.

Djibouti, una antigua ex colonia francesa en el Cuerno de África, un poco más grande que la región de Arica y Parinacota, desprovista de recursos naturales y con menos de un millón de habitantes, ocupa un lugar de alto valor estratégico. Situada al noroeste del Océano Indico, en la entrada del Mar Rojo y del Golfo de Adén, Djibouti controla el acceso al Canal de Suez  y al mismo Océano Indico. Este pequeño país ofrecerá a China proyectar un poder militar, pero sobre todo político en toda África, pero sobre todo en el Mar Rojo, corredor marítimo por el cual transitan, actualmente, el 8% del comercio mundial. Esta nueva presencia de un poder mundial en esta zona se inscribe al interior de una nueva tendencia mundial, aquella donde se observa el nacimiento y el renacimiento de nuevas y antiguas "potencias" mundiales. Turquía, por ejemplo, se vio acordar, el 2017, por parte del régimen de  Omar el-Béchir de Sudan, la diminuta Isla de Suakin, de tan solo 13,5 hectáreas, pero cuyo emplazamiento le permitirá a Ankara acceder al club de potencias con "algo que decir" en esta zona de alto valor geopolítico. Recep Tayyip Erdogan negó querer construir una base militar en la isla, pero medios europeos apuestan por su militarización turca.

La base de Djibouti de aproximadamente  36 hectáreas, permitió a China desplegar un número importante de efectivos, señalándose que su número sería cercano a los 10 mil. La Marina china contará con cinco puntos de atraque para barcos de gran calada. Pekín, además, habría emplazado modernos sistemas de armas en la base, como serían tanques 90-II y otros sistemas de defensa antiaérea.

En principio, cinco serían las tareas que esta base africana permitirían llevara  cabo a China: Lucha contra la piratería en especial en la zona el Golfo de Adén;  Desarrollo de actividades de inteligencia; Operacionalizar actividades de protección de connacionales chinos civiles en África; Apoyo a misiones de mantención de la paz a sus 2.500 efectivos desplegados, actualmente, en el continente; Desarrollar actividades antiterroristas a objeto de proteger a sus ciudadanos, en especial, cuando se observa un conflicto abierto con los chinos de ascendencia musulmana uigur en la región de Xinjiang.

Más allá de las especificaciones técnicas y operacionales de la base, lo relevante aquí es que ésta, materializa de manera definitiva el paso hacia delante que está llevando a cabo China en términos de transformar su poder económico y financiero en otro de naturaleza político mundial. Djibouti se transforma en la plataforma logística del naciente poderío naval chino.

Ahora, lo interesante es que este cambio en la postura de la diplomacia militar china global, parece marcar un viraje, el cual  se cristaliza con la información según la cual, Pekín buscaría construir en las montañas de Wakhan, en Afganistán, un centro de entrenamiento para el ejército afgano, donde tropas chinas han ya realizado patrullajes conjuntos  en este corredor del noreste del país. Este espacio afgano se habría erigido, con el tiempo, en una base de apoyo logístico, operacional y save heaven de miembros de la minoría uigures en exilio –minoría musulmana china-, organizados en torno al Movimiento Islámico del Turquestán Oriental (ETIM).

Namibia, otro país africano podría, en un futuro cercano, acoger otra base militar china, permitiéndole a Pekín proyectar sus intereses al otro extremo de Djibouti, esta vez hacia el Océano Atlántico y África del Sur en su conjunto.

China mueve sus piezas del ajedrez. Lenta, pero progresivamente.

Antiguas y nuevas potencias se erigen en polos de poder. Es importante para Chile observar sus movimientos, sobre todo aquellos que podrían generar desestabilización mundial, con efectos para todos los rincones del globo, incluidos aquellos australes.

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