Chivas irrisorias



Por Joaquín Trujillo, Centro de Estudios Públicos

Schopenhauer -quizás el filósofo más célibe de la historia, a quien Gary Oldman imitó el look en su Bram Stoker’s Dracula- observó que el material oculto a toda la existencia era la voluntad y que era ella la que, para subsistir, se dividía a fin de hacerse apetecible para sí misma. Mientras más cosas nos acosan haciéndose deseables, los terremotos de la voluntad son más intensos. Este problema tendría ribetes nada más espirituales si no fuera porque casi siempre una misma cosa es buscada por al menos dos (escasez). De ahí que pase a conflicto social. El gran pensador René Girard vio que estos deseos sucesivos son la pólvora y la chispa. El vertedero de la basura que genera este conflicto habría sido confinado a un lugar apartado, un desierto, por ejemplo, al cual iba a dar el llamado “chivo expiatorio”. Pero este animal no era el que se sacrificaba a Dios, sino el que era entregado a los demonios, para saciarlos.

La política del chivo expiatorio es muy antigua. ¿Edipo? Freud lo repuso en cartelera con su propia producción gore. Las interpretaciones de Edipo, con todo, son muchas y más insinuantes. Van desde la del detective salvaje hasta la del tecnócrata advenedizo que necesita demostrar que su poder se justifica en su saber. ¿Saber qué? En el caso de Edipo, el origen de una epidemia. El longevo Tiresias -un vidente transexual al cual el tecnócrata acusa de impostor- le adelanta que el origen de la peste es un crimen sin resolver, pero le advierte que no prosiga la pesquisa. Autosuficiente, Edipo sigue y descubre lo que había intentado evitar durante toda su carrera: matar a su padre y desposar a su madre. Y entonces ocurre lo más insólito: Edipo se autocastiga extirpándose los globos oculares y sale a perderse en un exilio cósmico, como un chivo expiatorio. ¿Qué lo hace culpable si toda su vida ha intentado eludir su destino, no matando una mosca y permaneciendo soltero a falta de preservativo? Aristóteles parece disculparlo. ¿Por qué se autolesiona? Tal vez porque sabía cuál era su papel como rey: posponer el conflicto a costa de su propia integridad.

Posteriores reyes o pseudo-reyes (léase, presidentes) han intentado imitar a Edipo, haciéndose responsables de todo el conflicto, saliendo al exilio, perdidos en el desierto. Unos han sido más duchos que otros. Pero entre los otros están aquellos que han intentado algo diametralmente distinto, algo así como una burda réplica, eso que podríamos denominar no chivo sino que chiva irrisoria. La chiva irrisoria no es enviada al desierto, más bien es traída desde él. En vez de los escupos del pecado carga con lujos y ofertas, como si volviera de un mall. Y es irrisoria porque causa una risa desganada, como triste. Y bueno, tal vez en la política los conflictos puedan posponerse a fuerza de chivas irrisorias y el tremendismo expiatorio haya sido un abisal e innecesario costo hundido. El budismo de Schopenhauer decía que la voluntad se aquieta sosegando el deseo. Pero quizás estemos ante una nueva forma de alimentar a Drácula.

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