Cien días: y se mueve

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Transcurridos cien días desde que se inició el gobierno de Sebastián Piñera surgen las primeras evaluaciones. Es un período corto para evaluaciones cuantitativas, y las que pudiera haber agregan poco valor. ¿Desde cuándo la calidad de un gobierno se mide por la cantidad de proyectos que ingresó al Congreso? Las cifras económicas, que muestran una clara mejoría, tampoco nos dicen si el nuevo dinamismo se mantendrá de 2019 en adelante o se explican más bien por la baja base de comparación. Por eso es mejor una evaluación cualitativa.

Si uno mira los objetivos que se puso el gobierno, no cabe duda de que en cada una de esas áreas la administración Piñera puede exhibir logros y proyecta una sensación de movimiento incuestionable. Si la idea era poner a los niños primero en la fila, podemos decir que no solo el gobierno mandó al Congreso un proyecto que aumenta las subvenciones a niños vulnerables atendidos por el sistema, sino que metió el dedo al interior del Sename para remover la llaga y sacar a la luz deficiencias y miserias que allí se viven hace decenas de años. Una directora de lujo, Susana Tonda, no solo mejorará la gestión del Sename, como ya se aprecia, sino que fiscalizará el servicio que prestan las organizaciones colaboradoras, para separar allí la paja del trigo y calificar a los que hacen un real aporte al cuidado de la niñez y a aquellos que lo hacen mal y desde su zona de confort solo se preocupan de recibir recursos fiscales. Este escrutinio ya está permitiendo apreciar que el Estado falla no solamente en el Poder Ejecutivo, sino también en la importante labor que los tribunales de justicia deben cumplir en esta materia.

En seguridad ciudadana y combate a la delincuencia las cifras siguen siendo malas, pero la ciudadanía aprecia un gobierno que se ha tomado en serio su tarea. Reconforta ver a un grupo de fiscales desfilar por las escaleras de La Moneda para reunirse con las autoridades de la seguridad pública y los jefes de Carabineros y la PDI, de manera de coordinar la persecución del delito.

En La Araucanía la tarea tiene dos caras. Una, encabezada por el ministro del Interior, pretende poner fin a la violencia rural, que en ocasiones adquiere caracteres terroristas, y la otra, liderada por el ministro de Desarrollo Social, pone a la región en marcha con el trabajo de todas las fuerzas locales. El Presidente Piñera aporta a esta tarea y ha hecho su segunda visita a la región en 100 días ( la presidenta Bachelet se demoró dos años en ir y viajó prácticamente a escondidas) y se presenta junto a carabineros especialmente entrenados para combatir la violencia rural, y también acompaña al ministro Alfredo Moreno a actividades con las comunidades locales.

Trabajan las mesas constituidas en torno a la salud y al desarrollo y ya entregarán sus propuestas, pero ello no inhibe al gobierno para acortar las listas de espera en la salud pública o enviar al Congreso un proyecto proinversión y avanzar en modernización del Estado. Con algunas definiciones previas, se trabaja en la reforma tributaria, aunque las señales hasta ahora no auguran que uno pueda esperar por ese lado un impulso al crecimiento, si seguimos hablando más de nuevos impuestos que de aliviar la carga tributaria. En materia de pensiones, el gobierno afina su proyecto y la oposición amenaza con rechazarlo si sus contenidos difieren del que elaborara el gobierno de Bachelet. Algo no han entendido. ¿Se atreverán a rechazar el proyecto del gobierno que sube las pensiones en más de 30% a un gran número de chilenos? El gobierno debe tener calma en estas materias. Aunque no tenga mayorías en el Congreso, tiene la iniciativa y la autoridad moral para aprobar los proyectos que ofreció en su programa, apoyado por el 55% de los chilenos. Las contingencias se enfrentan con decisión. En migraciones, en Gendarmería, el gobierno no elude el bulto.

La característica más notable de este gobierno, la imagen que empieza a quedar en la retina de la gente, es que está metiendo el dedo en la llaga para resolver problemas que por décadas aquejan a los chilenos. Así se vive la transición al desarrollo. Muchos se incomodan, pero es porque se mueve.

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