Columna de Marcelo Contreras: Esa vieja costumbre de ir a un show

La reciente edición de Lollapalooza Chicago, en julio pasado. (AP Photo/Shafkat Anowar File)

Son casi 17 meses sin música en directo, y a ratos el recuerdo de la experiencia en vivo semeja esa foto donde Marty McFly observa atónito cómo desaparece.



La imagen del fan sudoroso y apretujado contra una reja como sardina enlatada próximo al escenario, es un espejismo pre pandémico que se desvanece como la imagen de Marty McFly fotografiado junto a sus hermanos en Volver al futuro, mientras el mundo de los espectáculos masivos tantea un nuevo orden post Covid, con soluciones mixtas como la de Lollapalooza Chicago a comienzos de mes. Como en los viejos tiempos, convocaron 385 mil personas incluyendo no vacunados, aunque estos últimos debían presentar PCR negativo y mascarilla obligatoria en espacios cerrados. Si bien se reportaron 203 contagios en el festival, las autoridades de Chicago consideran que Lollapalooza 2021 no fue territorio fértil para el virus. Según la doctora Allison Arwady, comisionada del departamento de salud de Chicago, “los infectados pueden haber estado expuestos en otros lugares”. Dato clave: el 90% de los asistentes estaba vacunado.

En el intertanto, un veterano como Eric Clapton disfraza su espíritu chúcaro, reaccionario y conspirativo en nombre de la libertad, declarando que no actuará “en ningún escenario donde haya presente un público discriminado”, aludiendo a los anti vacunas. “Mano Lenta” se considera víctima de efectos colaterales de AstraZeneca, que le hicieron temer por sus capacidades interpretativas. Es de suponer que si anuncia shows, no hay tales secuelas. El doctor Brian May marcó diferencias diplomáticamente con el colega, aunque tildó de “chiflados” a los antivacunas. “Es una persona que piensa que está bien disparar a los animales por diversión, así que tenemos nuestros desacuerdos”, observó el astrofísico y dios de la guitarra, sobre el autor de Tears in heaven.

Las declaraciones a este diario el pasado domingo del director de Lotus Sebastián de la Barra, la productora a cargo de Lollapalooza Chile, describiendo un eventual festival “inclusivo” con vacunados y no vacunados, convirtieron al ejecutivo en la encarnación de la irresponsabilidad, según el rápido dictamen de los tribunales populares afincados en redes sociales. Aunque en la misma nota de la Barra dijo comprender si el ministerio de salud no era partidario de eventos masivos para no vacunados, quedó sentenciado. “Inclusivo” no fue la mejor elección, como también resulta cierto que los aforos reducidos no son rentables para una industria particularmente golpeada como la de los espectáculos, que desde el inicio de esta crisis sanitaria supo que estaría entre los últimos de la fila para ser considerada en materia de reactivación.

La Sociedad Chilena del Derecho de Autor espera tener en septiembre resultados del primer ensayo clínico elaborado junto a la Universidad de Chile, programado para el próximo jueves 19 en la sala de la entidad en Plaza Egaña, con la presentación de Chancho en piedra. La experiencia involucra al Hospital Clínico, la Facultad de Artes y su departamento de Ingeniería en sonido para chequear en la sala con aforo completo -200 personas-, los riesgos para un público al que se exigirá examen PCR, vacunación completa, pase de movilidad y mascarilla, junto con el monitoreo del CO2 y sistema de ventilación. La prueba no termina allí sino ochos días después con un nuevo testeo para detectar virus. La SCD pretende otros dos ensayos y compartir la data con el Minsal, con la intención de lograr una apertura permanente y segura.

Son casi 17 meses sin música en directo, y a ratos el recuerdo de la experiencia en vivo semeja esa foto donde Marty McFly observa atónito cómo desaparece.

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.