Columna de María de los Ángeles Morandé: 40 horas y equidad de género

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Frente a la reciente aprobación de la Ley de 40 horas y su implementación gradual en los próximos 5 años, es interesante plantearse las aristas positivas que traerá consigo: desde ya, la nueva normativa en materia de equidad de género. Actualmente, en Chile las mujeres en promedio trabajan menos horas que los hombres (39 v/s 43 horas), por lo que una reducción general de la jornada permitirá equiparar más la cancha en este ámbito, reduciendo el subempleo en las mujeres.

Pero, más allá de la reducción de la jornada horaria —que nos acerca más con las horas trabajadas por otros países de la OCDE y nos permite avanzar hacia mejores indicadores de calidad de vida—, hay aspectos de la regulación en materia de flexibilidad laboral y en el reconocimiento de derechos para madres, padres o personas cuidadoras, que pueden tener otros efectos positivos en reducir las brechas de género en el mercado laboral.

Disposiciones como la posibilidad de distribuir las 40 horas semanales dentro del mes, acordar con el empleador jornadas 4x3, las bandas de horarios flexibles para ingreso y salida del trabajo para padres o personas a cargo de menores de 12 años o la opción de compensar horas extra por días adicionales de vacaciones, son medidas de flexibilidad y corresponsabilidad que van en el sentido de una mayor inclusión laboral femenina.

Bien sabemos que el empleo femenino fue muy golpeado por la crisis sanitaria, empujando a miles de mujeres fuera de la fuerza de trabajo, y que ha costado mucho recuperar los niveles prepandemia. La distribución de roles en el hogar y las responsabilidades familiares permanentes asumidas por mujeres, mantienen actualmente a muchas en la inactividad, lo que —sumado a las existentes y ya conocidas brechas laborales de género— ha dificultado aún más esta recuperación.

Un estudio del Observatorio Laboral de Sence RM ejecutado por el Centro de Políticas UC, comprobó que las mujeres tienen entre 10% y 14% menos posibilidades de inclusión laboral cuando tienen hijos pequeños o menores de 3 años, relación no observada en los hombres. Así mismo, la investigación reveló que en los países OCDE, las políticas públicas con foco en primera infancia y que promueven la corresponsabilidad tienen un efecto positivo en aumentar la participación laboral femenina, concluyendo que a corto plazo avanzar en la institucionalización de políticas de cuidado y corresponsabilidad permitiría mover la aguja en ese sentido.

Podríamos decir que las 40 horas vienen con marraqueta para las mujeres; esto, sin contar el efecto contagio que ya ha tenido el proyecto antes de ser aprobado, de ir sumando a muchas empresas a comenzar anticipadamente con la jornada reducida como una buena práctica laboral.

Por María de los Ángeles Morandé, Centro de Políticas Públicas UC

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