Columna de María José Naudon: La batalla de las derechas



Las elecciones autonómicas y municipales españolas dieron como resultado un categórico éxito para la derecha y en particular para el Partido Popular. “España nos ha dado su confianza (…) Hemos dado el primer paso para un nuevo ciclo político”, fueron las palabras de Núñez Feijóo durante la eufórica noche de triunfo.

Varios son los análisis que este resultado admite; pero hay uno particularmente interesante: la batalla de las derechas.

Fue en 2019 cuando Vox arrasó en las elecciones españolas, consolidándose como fuerza política. Víctima del pánico, la tentación de los populares fue asimilarse. El resultado fue un doble éxodo; uno por la derecha y otro por el centro. Hoy el nuevo ciclo, encabezado por Feijóo, ha retomado la ruta de la diferenciación y lo ha hecho con éxito.

Vale la pena reparar en algunas claves de un fenómeno complejo:

1. En 2019, una de las más grandes preocupaciones de la sociedad española eran los aires independentistas que soplaban desde Cataluña. Vox nace vinculado a ese sentimiento que representaba una amenaza férrea para parte de la población. Tres años después, la población parece más inquieta por las consecuencias de la guerra de Ucrania, que se expresan en un alza importante de los precios y en una crisis energética. El Partido Popular ha respondido a esta demanda sintonizando con los nuevos requerimientos de la ciudadanía. Las crisis cambian prioridades y las prioridades cambian los afectos electorales. Se elige a quien ofrece certezas frente a aquello que agobia.

2. Vox nace de una escisión del Partido Popular y desde ese momento, la “derechita cobarde” se transformó en un tópico. Hoy el equipo de Feijóo, lejos de aspirar a identificarse, ha remarcado su intención de gobernar en solitario y evitar a Vox. Y aun cuando el relato puede ser estratégico, da cuenta de la necesidad de mostrar un proyecto político distinto. Hay que salir, dice Feijóo, “con argumentos, gestión, proyecto e ideas no para vencer, sino para convencer”. Clave resulta en esta diferenciación la apuesta por la moderación y la gestión. La guerra ideológica no es particularmente seductora frente a la gestión de la cotidianeidad, salvo cuando el progresismo dispara contra valores, principios o tradiciones centrales de la sociedad.

3. Fundamentales han resultado en esta victoria los liderazgos robustos e identificables. Figuras rutilantes, como Díaz Ayuso en Madrid, son reconocidas como voces francas que emiten mensajes claros. La candidata del PP transformó las elecciones pasadas en un plebiscito entre “Sánchez o España” y continúa haciéndolo. Por otra parte, su apuesta se ha dirigido a las necesidades de las personas y a sintonizar con emociones positivas. “Esta mujer hizo una campaña de alegría, abrió los negocios, llenó las calles… La gente quiere un poco de felicidad”, se repite una y otra vez cuando los votantes dan la razón de sus preferencias.

Es cierto que las experiencias son particulares y que asimilar, sin más, realidades como la española y la chilena sería un error. Pero, pensar que corremos por un carril demasiado diferente también sería absurdo.

Por María José Naudon, abogada

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