Columna de Verónica Figueroa: Aquí estamos y aquí seguiremos



Estamos en pleno proceso de redacción de la propuesta de Constitución que la Comisión Experta entregará al Consejo Constitucional para su discusión y aprobación, y cuyos integrantes elegiremos en las votaciones del 7 de mayo. Sin embargo, el interés en los avances y contenidos de esta propuesta parece no concitar el interés que despertaba el proceso anterior, con la Convención Constitucional.

Para los pueblos indígenas esto es aún más evidente. Coartada nuestra participación en cuanto tales como parte de las y los expertos, no tenemos voces indígenas que representen las propuestas que provienen del conocimiento ancestral y que problematicen en ese espacio político conceptos como plurinacionalidad, territorios, interculturalidad, buen vivir, derechos colectivos, entre otros. Por cierto, estos conceptos no emergieron de la galera de un mago en la discusión constitucional anterior, sino que han formado parte de demandas históricas impulsadas por movimientos indígenas desde diferentes espacios y contextos, y que también han sido reflexionados y problematizados desde diferentes disciplinas y ámbitos de conocimiento, demostrando su vigencia en los debates actuales. Y hemos sido los pueblos indígenas quienes hemos impulsado y participado de procesos de diálogo para ponerlos en la agenda pública y contribuir así a la construcción de una sociedad intercultural, aún desde una institucionalidad limitada por el modelo de Estado-nación chileno.

Por lo tanto, estos conceptos deben estar presentes en los espacios de la nueva Constitución desde las voces indígenas. No pueden ser excluidos de manera arbitraria o antojadiza, como si fueran los causantes de un proceso trunco. Quienes estamos en la academia, al igual que otras y otros hermanos indígenas en otros contextos, hemos contribuido (y seguiremos contribuyendo) a la conformación de espacios de conocimiento interdisciplinarios en consonancia con el conocimiento ancestral que dispute la hegemonía occidental. Seguiremos defendiendo la universalidad de nuestras propuestas. Seguiremos recalcando que nuestros derechos están consagrados en acuerdos y convenios ratificados por el Estado de Chile.

Sabemos que el escenario es complejo y que contar con al menos un representante indígena en el Consejo Constitucional no será tarea sencilla (se requiere que el total de los votos válidamente emitidos por la circunscripción nacional indígena represente un porcentaje igual o superior al 1,5% de la suma de votos emitidos en la totalidad de las circunscripciones no indígenas). Sin embargo, nuestra historia, nuestra existencia ancestral, nos ha demostrado una y otra vez que el Estado es un espacio en disputa para los pueblos indígenas. Aun cuando esa disputa es desigual, seguiremos apostando por el diálogo intercultural y el reconocimiento de nuestros derechos. ¡Aquí estamos y aquí seguiremos!

Por Verónica Figueroa Huencho, Facultad de Gobierno, Universidad de Chile

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