Complejo escenario tras elecciones europeas

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Elecciones de representantes a la Eurocámara en Francia.


La lógica política de Europa no es distinta a la de cada uno de sus países miembros y eso parece haber quedado de manifiesto en las elecciones para el Parlamento Europeo realizadas en los últimos días en la Unión Europea, cuyos resultados se conocieron el domingo. La nueva cámara que surgió de los comicios marcados por una histórica participación -la mayor de los últimos 20 años, que da cuenta de una ciudadanía más inquieta y preocupada por el futuro del continente- es la más fragmentada desde 1979, cuando comenzó a operar el actual Parlamento Europeo. Por primera vez los dos grandes grupos parlamentarios que han guiado históricamente a la UE, el Partido Popular Europeo y los socialdemócratas de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas, no tendrán la mayoría de los 751 escaños y deberán buscar aliados, no solo para asegurar la designación de los futuros cargos sino también para lograr la aprobación de las futuras propuestas legislativas europeas. Al igual que en la mayoría de los países de la UE, las elecciones sepultaron el tradicional eje bipartidista que marcó la política del bloque.

Lo anterior adelanta que Europa ya no será la misma. Si bien es cierto que no se produjo la ola de partidos nacionalistas y euroescépticos que algunos preveían, y ese sector sumó cerca del 25% de los escaños del Parlamento Europeo -lejos del 30% que les habría permitido bloquear algunas propuestas legislativas-, ello no obsta que igual tendrán un mayor peso en la política europea. El avance fue frenado por otro sorpresivo resultado, el de los Liberales y Verdes que serán ahora actores decisivos en el Parlamento. Estos últimos mostraron un fuerte progreso en especial en Alemania, donde superaron a los socialdemócratas como la segunda fuerza. Los liberales se beneficiaron del nuevo escenario político francés, donde el partido del Presidente Emmanuel Macron -pese a perder frente a los nacionalistas de Marine Le Pen- desplazó a lugares secundarios a los socialistas y a los partidos tradicionales de derecha. Macron ha buscado dejar claro ese nuevo estatus de su sector al insistir que las elecciones mostraron un "nuevo balance de poder" en Europa. Un hecho que adelanta una era de mayores dificultades para alcanzar consensos en el bloque.

Pero para el futuro del proyecto europeo las principales preocupaciones surgieron de los efectos locales que pueden tener las elecciones del domingo. Es el caso de lo sucedido en Italia, donde los nacionalistas de la Liga, liderados por el actual ministro del Interior Matteo Salvini, lograron un histórico 34%, aumentando en 28 puntos el resultado obtenido en la elección europea de 2014. Un resultado que podría terminar adelantando los comicios en Italia y consolidando el creciente poder de Salvini, quien si bien ha insistido que no tiene intención de irse de Europa es, sin embargo, un duro crítico de las actuales políticas impulsadas por el bloque. El otro efecto se produjo en Reino Unido, donde el triunfo del Partido del Brexit relegó a un quinto lugar a los conservadores, con apenas el 9% de los votos. Un resultado que refuerza las opciones de Boris Johnson de convertirse en el sucesor de Theresa May y aumenta las probabilidades de un Brexit sin acuerdo el 31 de octubre próximo.

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