Coraje

PC


Por Jorge Burgos, abogado

A la vuelta de la esquina están los tiempos de la convención constituyente donde nuestros representantes debatirán y sancionarán la propuesta de Carta Fundamental que en su último acto será sometida a la voluntad ciudadana.

Con seguridad el cuerpo de representantes estará conformado por hombres y mujeres de los más diversos orígenes y características. Habrá representantes de partidos políticos, independientes puros o con algunos grados de condicionamiento, expertos en cuestiones constitucionales o de otras ramas del derecho, otras personas sin experiencia legislativa, pero deseosas de aportar en la construcción del estatuto básico para el desarrollo de la democracia.

Sin embargo, debe darse entre quienes elijamos el próximo 11 de abril otra condición esencial: su coraje para enfrentar las presiones ilegítimas, para superar los impedimentos con fuerza de voluntad, sin miedo. En estos días hemos sido notificados por la jefatura del Partido Comunista “de la necesidad de rodear con la movilización de masas el desarrollo de la Convención”. Más claro échenle agua. A sabiendas, o no pudiendo menos que saber, que no habrá fuerza suficiente para imponer una determinada tesis y será indispensable buscar consensos y concordar cesiones que permitan alcanzar los quórums establecidos en el acuerdo madre que origina el proceso en que estamos insertos, nos indican que aquello será reprochado con primera línea y autodefensa incluida.

En buenas cuentas, el PC considera que la Convención no debe mantenerse dentro de las reglas pactadas, sino ir más allá de lo establecido. ¿Hacia dónde? No es muy claro, pero hay motivos para preocuparse si se tienen en cuenta sus afinidades y simpatías en América Latina.

Los dirigentes comunistas se incomodan cuando les preguntan por su posición sobre Venezuela, pero sucede que ellos mismos dejan en evidencia sus lazos con el régimen de Maduro. Calificar de “impecable” la farsa electoral que tuvo lugar el domingo 6 de diciembre, solo sirve para acentuar los recelos acerca de cómo conciben el funcionamiento de las instituciones, qué valor les dan a las libertades y a los DD.HH., pisoteados hoy por la dictadura de Caracas.

Coraje, pues parece del todo probable que este mal presagio que nos notifican, hará las cosas complejas, pero aquello no nos debe arredrar, somos muchos más los que entendemos que tenemos una oportunidad para hacer un mejor lugar donde vivir, no todo lo contrario. Sí, una Constitución como la ha definido con acierto el profesor Patricio Zapata, “una ley fundamental y un pacto político cuyo objeto es limitar el poder estatal, proteger los derechos de las personas y encauzar la acción política del pueblo”.

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