Cuarto retiro

Traspasos de fondos de AFP alcanzan máximo histórico por masivo traslado al E

Parlamentarios de derecha han resuelto que los cotizantes de las AFP puedan retirar parte de sus ahorros previsionales, a pesar de que su gobierno se ha opuesto tenazmente, también contra la opinión de los economistas de su sector y desoyendo, por último, la recomendación del Consejo del Banco Central. La responsabilidad exclusiva de estos giros recae sobre estos diputados y senadores, puesto que sin sus votos estas iniciativas habrían fracasado. ¿Es consistente esta posición con la condición de legislador de centroderecha, hay futuro en esta supuesta “sensibilidad” para el oficialismo? Definitivamente no.

Hay quienes aducen que apoyando esta medida se demostraría que la preocupación por las necesidades de los pobres y la clase media no es patrimonio de la izquierda. Argumento intelectualmente mediocre y con un tufillo moralizante completamente falaz. No existe preocupación social más eficaz que el manejo responsable y ordenado de las finanzas públicas, de los equilibrios macroeconómicos y, en este caso, de los ahorros previsionales; por una razón simple y evidente: los grupos más acomodados cuentan con las herramientas para defenderse de los estragos que provocan los desórdenes en esas áreas. Quienes han permitido estos retiros causarán, en el largo plazo, dolorosas penurias a los mismo que dicen proteger; en realidad, si se mira bien, es precisamente su falta de sensibilidad social lo que más molesta.

Desde el punto de vista estrictamente político -preocupación menor comparada con la anterior- es también un grave error, este populismo conduce a la disolución de la centroderecha, a la pérdida de uno de sus valores esenciales y que la gente reconoce en ella: la capacidad de generar crecimiento y empleo. Nada representa mejor la esencia de su proyecto que los conceptos de orden y movilidad social. La gente sabe perfectamente que los beneficios del progreso requieren de la disciplina económica y cuando busca ese objetivo, percibir los frutos de la prosperidad, busca a la derecha. Una derecha populista es una bicicleta sin pedales.

Hay parlamentarios, hoy candidatos, que se dejan llevar por el beneficio electoral inmediato que les puede producir que algunas personas accedan a dinero fresco, pero el populismo es la antesala de la pobreza y de la pérdida de libertad. La imposibilidad de mantener el bienestar artificial conduce, primero al adormecimiento que se consigue mediante la ilusión de más ingresos que se come la inflación, luego continúa con la dependencia del Estado y finalmente termina con el sometimiento a un aparato estatal clientelar, arbitrario y corrupto. América Latina es pródiga en ejemplos.

El cuarto retiro sería un paso más en el camino hacia el abandono de la centroderecha como opción cultural y política. Sólo queda decir, recordando la famosa frase bíblica, “perdónalos Señor porque no saben lo que hacen”.

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