Currículo y textos escolares



SEÑOR DIRECTOR

El debate sobre la configuración del mercado de los textos escolares debe poner en la balanza no sólo el precio de los mismos, sino también su calidad. Necesitamos un mercado que se oriente a optimizar la relación entre precio y calidad, y no únicamente uno que produzca libros baratos. Esto exige incluir más factores en el análisis.

Uno de dichos factores es el currículo nacional, que establece los planes de estudio y contenidos básicos para toda la educación chilena. Su extensión es tal, que traba la innovación a nivel de textos escolares y dificulta la generación de contenidos de alta calidad, pues el trato de todo lo exigido con la detención necesaria haría que los libros alcanzaran volúmenes absurdos.

En un país donde la mayoría egresa de la educación media sin entender bien lo que lee, es claro que dedicarse a memorizar y distinguir tópicos literarios y tiempos verbales no parece ser parte de la solución, sino del problema. Y lo mismo vale para la mayor parte de las áreas del saber, atiborradas de conocimientos de escasa relevancia, que deben ser memorizados por estudiantes que, en vez de aprender a aprender, se deslizan por la superficie de mil materias, sin desarrollar las capacidades para manejar ninguna de ellas.

Pablo Ortúzar Madrid

Investigador Instituto de Estudios de la Sociedad

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