Demos el paso de una vez por todas



Por Luz Ebensperger, senadora UDI

¡El tiempo está en contra! Es la frase de entrada y salida a cualquier conversación sobre el mecanismo para garantizar escaños indígenas en la Convención Constitucional. Una pistola al pecho legislativa que no puede ser excusa para instalar en este momento histórico un modelo que no guarde ninguna armonía con nuestro sistema electoral o que deja a los pueblos indígenas en la indefensión en cuanto a su identidad, tradiciones y cultura.

La Comisión de Constitución del Senado aprobó añadir 24 escaños reservados que representan un 15% adicional a lo que tenía la Convención original. A estos cupos solo podrán presentarse candidatos que tengan la calidad indígena en la Conadi, que son 969 mil habitantes, esto es el 5,5% de los chilenos. La incorporación de escaños reservados para pueblos originarios es legítima, pero su número debe ser proporcional al padrón electoral de quienes pueden elegirlos respetando así la igualdad del voto.

Como Chile Vamos, nos hemos puesto al servicio de ese anhelo. Nosotros tenemos claro que una nueva Constitución necesitará del concurso de todos y para ello hemos propuesto una serie de indicaciones al proyecto de reforma constitucional para tener escaños reservados indígenas que, creemos, resguardan tanto la integridad del sistema, como el derecho de todos los ciudadanos a ser considerados por igual frente a una urna.

La autoidentificación a viva voz en la mesa de votación, que propone la oposición, deja al Estado sin opciones de verificar el carácter indígena de los votantes ni de los candidatos. Cualquiera podría interferir en este espacio que tanto ha costado crear para los ciudadanos pertenecientes a pueblos originarios. ¿La consecuencia? Una oscura sombra sobre el prestigio de nuestras elecciones.

Recordando siempre que el tiempo está en contra, pusimos los ojos en aquellos que han tomado la delantera en este debate. Un estudio elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), de 12 Asambleas Constituyentes analizadas, solo dos contaron con un sistema de escaños reservados para pueblos indígenas: Bolivia en 2009, que contó con tres escaños reservados de un total de 255, con una población indígena de más del 40%; y Venezuela en 1999 con tres asientos reservados para pueblos indígenas de un total de 131 y con un 2,8% de población indígena.

Estamos de acuerdo con la protección de los intereses de los pueblos indígenas y mantener la transparencia e integridad de nuestro proceso eleccionario, donde se creará un padrón especial indígena que dé garantías a los ciudadanos de pueblos originarios que su derecho estará libre de interferencias de terceros, pero éste debe realizarse con normas claras de autoidentificación de los votantes y respetando el principio de igualdad del voto.

Manteniendo aquello, Chile Vamos estuvo dispuesto a transar desde un sistema puramente proporcional, basado en ese padrón. Se propuso, en cambio, 15 asientos reservados a pueblos indígenas en la Convención Constitucional, dentro del total de 155, convenidos por todos quienes suscribieron el Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución hace un año.

¿Hay dificultades para crear un nuevo padrón en pandemia? Es un desafío. ¿Es posible llevar adelante elecciones transparentes, que resguarden a los electores indígenas y no indígenas en sus derechos, con la actual fórmula aprobada? A nuestro juicio, no.

La invitación de volver a la mesa sigue ahí, ninguna propuesta podrá salir adelante sin acuerdos y el tiempo está en contra. Si no lo logramos, el fracaso será de toda la clase política pero los principales perjudicados serán, una vez más, los ciudadanos de pueblos indígenas.

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