Día Internacional del Migrante: Desafíos de un Chile en pandemia

Venezolanos en la frontera a la espera de la visa.


La actual pandemia del coronavirus (Covid-19) ha mantenido al mundo entero en tensión. Mientras algunos países enfrentan una tercera oleada, otros aún sufren los estragos de la primera. De acuerdo a datos de Johns Hopkins University, a diciembre, Chile se encuentra entre los 20 países con mayor cantidad de muertes asociadas al coronavirus a nivel mundial (lugar 19).

Esta pandemia ha profundizado las brechas de desigualdades, especialmente en grupos que históricamente han sido excluidos y marginados. Uno de estos grupos corresponde a migrantes internacionales, quienes representan el 7,8% de la población total en Chile.

La pandemia obligó a muchos migrantes a enfrentar complejos escenarios. Varios han dormido en la calle, esperando poder ingresar a Chile o buscando retornar a su país, o han quedado sin vivienda al no poder cubrir los gastos asociados. Otros, se han expuesto a escenarios laborales riesgosos o han visto entrampadas las posibilidades de regularizar su situación migratoria. En materia de salud, existen barreras de acceso, al no saber cómo navegar en el sistema, miedo a consultar, no comprender las indicaciones dadas o no poder seguirlas por las condiciones de vivienda y trabajo, o han enfrentado situaciones de estigmatización y discriminación.

Es importante reflexionar respecto a los desafíos que esta pandemia a impuesto a este grupo, más aun considerando que los impactos sociales y económicos de esta crisis repercutirán en los próximos años y, es muy probable que esta no sea la última situación de desastre que enfrentemos como sociedad. En este sentido, se debe prestar mucha atención a las inequidades estructurales y contextuales que este grupo enfrenta.

Algunos temas urgentes a revisar son la segregación residencial o la forma en cómo se distribuyen recursos a las comunas con mayor densidad migratoria, las posibilidades (o limitaciones) administrativas para regularización la situación migratoria de quienes ya residen en Chile y cómo medidas excesivamente restrictivas pudieran aumentar el cruce de fronteras por vías no regulares. En salud, es importantísimo promover encuentros con pertinencia y respeto hacia otras culturas. A su vez, como sociedad, debemos estar alerta a las múltiples formas en que la discriminación racial y los estigmas potencian el etnocentrismo, la intolerancia y deshumanización, con especial atención a los mensajes que se entregan desde autoridades y medios de comunicación.

La mayoría de las personas migrantes que han elegido este país como su lugar de residencia contribuyen de distintas formas: trabajan o buscan empleo, pagan impuestos, construyen una familia y enriquecen el intercambio cultural. Las medidas que se tomen ahora y posterior a esta pandemia ofrecen la oportunidad de favorecer la integración de este grupo, fomentando así no solo la cooperación internacional, sino también la posibilidad de transformarnos en un país más justo y humanitario.

*Académica e Investigadora Facultad de Enfermería U. Andrés Bello

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