Día Internacional del Trabajo ¿una fecha para celebrar?

Trabajadores


Estamos celebrando un nuevo día Internacional del Trabajo y creo que aún nos falta mucho camino por recorrer para aplaudir la igualdad de condiciones laborales entre hombres y mujeres. Si observamos datos del 2018 de la Organización Internacional del Trabajo, las mujeres reciben en promedio a nivel global un 20% menos de remuneración que sus pares hombres en trabajos similares. Para qué decir sobre cerrar la brecha salarial entre hombres y mujeres, lo que podría tomar 217 años si seguimos la tendencia actual, de acuerdo a datos del World Economic Forum.

Lo anterior resulta bien triste si observamos, además, cifras en educación superior donde en muchas carreras las estudiantes mujeres superan en cantidad a los hombres. Es decir, velamos por educarlas, pero luego no les brindamos espacios en condiciones justas al ingresar y mantenerse en mercado laboral. También nos encontramos con un creciente número de mujeres presentes en muchas áreas e industrias, trabajando con doble jornada, pero con dificultades en muchos casos para equilibrar trabajo y familia.

Evidentemente, como en muchas otras áreas, siguen existiendo obstáculos para alcanzar la equidad, tanto externos como internos, de muchas mujeres que siguen resistiéndose a avanzar en los niveles organizacionales, y que sienten sobre ellas aquel techo de cristal que limita sus carreras. No obstante, lo anterior, más que lamentarnos, nos debería estimular para pensar en forma positiva y constructiva, en lo que específicamente podríamos concebir para modificar esta realidad, tanto en las barreras externas como las resistencias internas.

Las barreras externas que deben superar las mujeres para llegar a ocupar cargos de responsabilidad tienen, en la mayoría de los casos, relación con la imposibilidad de compatibilizar trabajo y familia, la tan ansiada conciliación familiar. La cultura organizacional que domina en muchas empresas es principalmente patriarcal, lo cual se explica principalmente por la persistencia de estereotipos de género que siguen influyendo de forma negativa en las políticas de reclutamiento y selección de personal, así como en la promoción de las colaboradoras, entre otras actividades de gestión de personas.

Por otro lado, desde el punto de vista de las resistencias femeninas para ocupar cargos de responsabilidad subyacen trabas autoimpuestas. Muchas mujeres se convencen de que no tienen el conocimiento y las habilidades para liderar o dirigir unidades en alguna organización. En este sentido podemos visualizar que ellas se automarginan de posiciones de liderazgo o tienen una autoimagen disminuida de sí mismas, y que en general responden a sus experiencias de vida y socialización.

Creo que aún nos falta mucho camino por recorrer y así avanzar. Asumir que estos cambios se solucionarán de manera legal o regulando, es una falacia, debemos producir cambios en nuestra sociedad y trabajar en las resistencias culturales que aún persisten, necesitamos apreciarnos en nuestros aportes como hombres y mujeres, pero en igualdad de condiciones. Sólo así, creo que podremos celebrar de manera feliz el día Internacional del Trabajo y no esperar 217 años para ello. 

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