Diálogo y consenso en el cuidado de la casa común

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Zona erosionada del Parque O'Higgins, usada para recibir el Papa en enero y para uno de los escenarios de Lollapalooza en marzo. Foto: Andrés Pérez


Nuestro país hoy tiene la increíble oportunidad de abrir más el diálogo, de sumar voluntades y asumir con más fuerza el desafío de proteger el medio ambiente. Así lo ha manifestado la Ministra del ramo, Marcela Cubillos, en línea con la encíclica de Su Santidad el Papa Francisco, Laudato Si, y en concordancia con el espíritu e impronta del programa de Gobierno del Presidente Sebastián Piñera.

La agenda de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), de la cual Chile es parte, y que expresa el consenso internacional respecto a 17 ODS y 169 metas, con un horizonte hasta el 2030,  por cierto considera, de manera equilibrada, las tres dimensiones del desarrollo sostenible (económico, social y ambiental). También lo recoge nuestro programa de Gobierno, que tiene en su hoja de ruta generar las condiciones para que Chile pueda enfrentar con éxito el desafío del cambio climático, transformando al país en una plataforma de nivel mundial de energías limpias.

Estas son tareas de todos y de largo aliento, siendo también de las denominadas "políticas públicas que superan los ciclos", ya que implican, entre otras cosas, perdurabilidad en el apego  a los compromisos internacionales. Así, por ejemplo, en materia de reducción de emisiones, es una misión a acometer el manejo sustentable del bosque nativo y la forestación. Por otro lado, la energía está intrínsecamente vinculada al tema del cambio climático y relacionada, además, prácticamente con todos los ámbitos de nuestra vida: en las comunicaciones; en el transporte; en la actividad productiva y el trabajo; y en la  calidad del aire dentro y fuera del hogar.

Recordemos que el tratamiento internacional del cambio climático se circunscribe fundamentalmente a la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático y actualmente al Acuerdo de París, instrumentos que contienen los principios acordados por la comunidad internacional. Luego de "París", quedó claro que el ideario es un esfuerzo de todos, que llama por cierto a los países más desarrollados a liderar los procesos de cambio.

En este escenario y con el propósito de generar las condiciones para que Chile pueda enfrentar con éxito el desafío del cambio climático, la tarea es transformar al país en una plataforma de nivel mundial de energías limpias. Mitigar los efectos, por un lado, y adaptar, por otra parte, el modo de gestión en diversos ámbitos (agua, agricultura, etc.), de cara al objetivo de afrontar el cambio climático y dar cumplimiento a los compromisos internacionales en materia de reducción de emisiones. Por otro lado, avanzar en el proceso de generación de nuevas normas de calidad del agua, con énfasis en las fuentes más críticas no reguladas y en la protección de fuentes afectadas por la contaminación, dando  garantías a las personas de acceso equitativo al uso del agua y a los sectores productivos de sus derechos de aprovechamiento, enmarcando la gestión en los principios de la Gestión Integrada de Recursos Hídricos.

Con todo y en esta materia que en términos "macro" describo, qué duda cabe es siempre perfectible mejorar la coordinación de los organismos públicos con competencia y su relación con las organizaciones de la sociedad civil y el sector privado, pues los cambios están ligados en gran medida a patrones de producción y consumo. En suma, este es una tarea transversal en el cual la cuña "#ChileLoHacemosTodos" se hace más apropiada que nunca.

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