Dirección superior del Ministerio Público



SEÑOR DIRECTOR:

Existen ya varias propuestas para mejorar la institucionalidad del Ministerio Público, tanto en lo relativo a la designación de su jefatura superior como el fortalecimiento, si bien aún tímidamente, del control de la gestión. Lamentablemente, estas propuestas poco inciden en la solución del verdadero nudo gordiano del Ministerio Público, esto es, su exacerbada autonomía en materia de evaluación de gestión frente a la ciudadanía y otros entes superiores del Estado. La respuesta tradicional de la cátedra y del propio Ministerio Público no ha variado mucho. Esta es necesaria para asegurar la debida independencia del Ministerio Público frente al poderoso, vale decir, tautología pura y un elocuente silencio en torno a la idoneidad de un modelo de gobierno corporativo unipersonal, autónomo en extremo y exasperantemente centralizado; o su alternativa, un modelo de gobierno corporativo colegiado.

¿Podremos entonces superar esta crisis de confianza e insatisfacción con una tercera propuesta de fiscal nacional, un nuevo mecanismo de designación, y luego borrón y cuenta nueva? Si asumimos que los problemas del órgano persecutor son estructurales y no mera coyuntura, la respuesta es ciertamente negativa.

Por ahora, y solo respecto del Ministerio Público, me permito esbozar una alternativa de verdadera innovación: que la dirección superior del Ministerio Público, a semejanza del gobierno corporativo del Banco Central, esté a cargo de un Consejo Superior integrado por cinco miembros que cumplan los mismos requisitos y sean designados de la misma forma actualmente prevista para el fiscal nacional. Y así, en adelante, mutatis mutandi. Por cierto, el próximo año corresponde designar un nuevo contralor general de la República.

Alfonso F. Palacios Huerta

Abogado, LL.M. Freiburg

Coordinador de Contenidos Tolerancia Cero a la Violencia y Delincuencia

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