Discurso de Donald Trump



SEÑOR DIRECTOR

Donald Trump dio su primer discurso sobre el estado de la Unión ante el Congreso de Estados Unidos. Aunque algunos esperaban salidas de libreto, Trump siguió el solemne protocolo que rodea a este acto, cargado de tradición y virtud republicana. Si bien destacó sus logros, como la reforma tributaria, apeló a la oposición demócrata. Hizo varios llamados expresos a trabajar en temas como la inversión en infraestructura pública. Esta iniciativa implica gasto público y durante años ha sido un tema defendido por el Partido Demócrata. Más aún, amplios sectores del Partido Republicano ven con suspicacia o al menos precaución esta iniciativa. No obstante, hubo sectores de la oposición que se negaron a reconocer avances y logros, impulsados más bien por una visión ideológica. Si los demócratas deciden no colaborar con una agenda cercana a sus propuestas, quedará en evidencia su afán obstruccionista, anteponiendo intereses políticos al bien común.

Una situación muy similar se ha comenzado a forjar en el escenario político de Chile. A meses de asumir el nuevo gobierno de centroderecha, algunos sectores de la centroizquierda y el bloque de izquierda demuestran animadversión por el próximo presidente y su equipo. Insisten en la supuesta superioridad moral de sus programas de gobierno e ideas, a ratos olvidando su aplastante derrota en la elección. De seguro desde el primer día en La Moneda el futuro mandatario hará llamados a trabajar en agendas comunes, buscando consensos. Con la actitud de ciertos sectores de la futura oposición parece que hay poca esperanza de impulsar agendas más allá de la barrera ideológica que algunos insisten en instalar como una suerte de prueba de blancura ante las bases electorales.

Es un grave error olvidar que la política es el arte de los acuerdos y de lo posible.

Álvaro Iriarte

Director de Investigación Instituto Res Publica

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