Dos caras de la misma moneda



SEÑOR DIRECTOR

El lunes post primarias una importante parte del país respiró aliviada después de que el candidato presidencial del Frente Amplio, Gabriel Boric, derrotara a Daniel Jadue, candidato del Partido Comunista. Sin embargo, lamentablemente ese alivio no es real.

Muchos quieren creer que a diferencia de Jadue Boric cree en la democracia, pero sus acciones lo delatan. Boric cree en la democracia solo cuando ésta lo favorece, porque no tuvo ningún reparo en apoyar la acusación constitucional y el uso de la violencia para destituir al Presidente de la República elegido democráticamente (por mucho que no le guste), cuando le dieron la opción.

Otros creen que a diferencia de Jadue, Boric no va a prohibir la actividad económica privada, el emprendimiento y las empresas. Es cierto, quizás no lo va a prohibir por ley, pero si elimina los incentivos al emprendimiento, extrayendo toda posible utilidad a través de mayores impuestos o barreras a la entrada, va a exterminar la actividad privada aún sin prohibirla.

El programa político de Boric habla de apoyar a las Pymes, pero al mismo tiempo propone disminuir la jornada laboral a 40 horas sin afectar los salarios, subir el salario mínimo a la línea de pobreza y subir el impuesto a gasolinas y diésel a UTM 7 por m3, entre otros. Todos factores que quebrarían un gran porcentaje de Pymes en el corto plazo.

Ciertamente Boric no es comunista, pero tampoco lo eran Hugo Chávez en Venezuela, ni Daniel Ortega en Nicaragua, solo por nombrar algunos de los países de Sudamérica en que dirigentes de extrema izquierda convencieron a sus votantes de que ellos sí serían capaces de cumplir el sueño socialista máximo, sin destruir a sus países.

La historia ha demostrado una y otra vez que los experimentos políticos y económicos de izquierda extrema, donde no hay libertad económica, terminan en la pérdida de las libertades civiles y políticas, pobreza y alienación de los ciudadanos.

Boric no es Jadue, es menos duro, tiene más inteligencia emocional y puede ser simpático, pero no nos equivoquemos, más allá de las apariencias, Boric y Jadue son dos caras de la misma moneda.

Michelle Labbé

Economista

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